Pablo Ventura: «No lloraba por odio, lloraba por la impotencia…´´

Pablo Ventura estuvo detenido por la falsa acusación de los rugbiers que atacaron y mataron a Fernando Báez Sosa. Pasó cuatro días preso, esposado, y durmió en un colchón encadenado a la pared.

A casi 5 meses de aquella pesadilla en la que quedó involucrado, Pablo reflexiona: ¿Sabés por qué lloraba yo que casi nunca lloro por nada? Por la impotencia, quería saber por qué yo, que jamás me había peleado con nadie. ¡Así estuve cuatro días!».
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Y continúa: «Yo a esos rugbiers ni los conocía. Luego recordé que con uno de ellos había mantenido un cruce de miradas en un boliche, hacía mucho tiempo. ¿Eso alcanzaba para semejante maldad? Lloraba porque quería entender y no entendía nada».
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A Pablo le costó casi tres semanas volver a dormir toda la noche. Evitó las cámaras desde el día que fue sobreseído y se refugió en su familia. No fue a la marcha para pedir justicia por Fernando. Quería evitar la exposición pública.
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Hoy, sigue viviendo con sus padres en Zárate. Quiere ser farmacéutico y este cuatrimestre cuenta que se anotó sólo en uan materia porque no está muy concentrado.

Fuente: Clarín