Politica
Habló Alberto Fernández: “Creo que logré poner la Argentina de pie”
«Me hubiera gustado dejar una economía más sana», dijo el Presidente.

En medio de la transición presidencial, que por el momento parece ser una de las más ordenadas de los últimos cuarenta años, y luego de la primera reunión entre el presidente saliente y el que va a ocupar el sillón de Rivadavia los próximos cuatro años, en esta extensa entrevista que busca tener un valor histórico, el mandatario Alberto Fernández reflexionó en un reportaje sobre los difíciles días en que le tocó gobernar, recién estrenada su presidencia, atravesando una pandemia, la renegociación de una deuda imposible de pagar con el Fondo Monetario Internacional, luego una guerra en Europa que afectó la economía mundial e impuso un reordenamiento de la geopolítica.
A a eso se sumó la sequía más grande de los últimos cien años.
Todo esto, además de los desacuerdos internos de la coalición gobernante, dejó como resultado una inflación que prácticamente se triplicó, la pobreza aumentó y, lo que significa el mayor fracaso para un gobierno peronista, el salario de los argentinos no se recompuso, y la sensación de hartazgo y malestar social se tradujo en la elección del presidente más disruptivo de la historia argentina, el cambio radical de modelo de país y una incertidumbre que tiene a la sociedad en vilo.
Presidente, vamos a comenzar con el balance de sus ya casi cuatro años de gestión, ¿cuáles consideran que fueron sus mayores errores, y con el diario del lunes, qué hubiera hecho distinto?
Es una pregunta muy compleja, porque seguramente he cometido muchos errores, pero siempre los he cometido honestamente. Nunca me equivoqué en perjuicio o para perjudicar a alguien, me debo haber equivocado. Hay muchos errores que me atribuyen que para mí son virtudes. Por ejemplo, me atribuyen el error de haber avanzado con Vicentin y de haber retrocedido, y para mí eso fue un acto virtuoso, porque yo con una primera información que tuve en el caso Vicentin, creí que era oportuno avanzar hacia la apropiación de Vicentin. El juez me dejó poner un veedor dentro de Vicentin, y cuando el veedor me trajo la información de lo que pasaba en Vicentin, me daba cuenta de que la expropiación les iba a permitir a los accionistas recibir un dinero del Estado y hasta casi eximirlos de responsabilidad. Y ahí lo que sentí es que estaba usando la plata de la Argentina, del pueblo, de la República, para favorecer a un grupo de accionistas. Y entonces retrocedí. Muchos vieron en eso una actitud timorata y yo la veo una actitud correcta, reflexiva, de decir “no me quiero encerrar en ser el paladín de que ha consolidado una empresa cerealera estatal”, porque la verdad lo que estaba comprando era una quiebra y un problema enorme. Y sacándole un problema a una banda que había manejado esa empresa de muy mal modo. El tiempo, además, seguimos peleando por Vicentin, y en cambio ahora estamos discutiendo el Cramdown y ahí tenemos la posibilidad de entrar a Vicentin.
¿Con menor costo?
Mucho menor costo y dejando las responsabilidades de lado. Ahora, no quiero ser un necio, seguramente me equivoqué y seguramente me equivoqué más de una vez. Me equivoqué con la cena de Olivos, eso no debió haber ocurrido, pero la verdad es que no lo medí así, porque ese día a Olivos deben haber entrado 60, 70 personas. Olivos se había convertido en la casa de gobierno, entraba y salía gente permanentemente y no me di cuenta de que eso no debíamos hacerlo. Ahora, me equivoqué y me hice cargo porque ese era un hecho que prescribía en dos años. Podría haber dilatado la causa, chicaneado con cuestiones procesales y dejar que prescriba, y no hice eso. Fui y dije “soy responsable”, y me hice cargo, me dijeron que tenía que pagar una reparación económica, pedí un crédito al banco del que siempre fui cliente, que es un banco privado y con ese crédito pagué lo que tenía que pagar. Ahí me equivoqué claramente. Y soy yo el único responsable, porque los diarios dijeron que yo había descargado la responsabilidad en Fabiola. No, es mi responsabilidad, fui yo el responsable, el que no tuvo en cuenta eso. Ahí cometí un error, me equivoqué porque el contexto en el que vivía me hizo perder de vista la obligación que tenía, esa es la verdad.
El “avance y recule”.
Exactamente, el avance y recule. Muchos vieron en ese recule un acto de timorato. Yo lo sentí como un acto de responsabilidad social, de responsabilidad fiscal. No podía permitirme que para preservar mi imagen y mi decisión usara la plata de los argentinos malamente. El tiempo me terminó dando la razón, porque finalmente nosotros terminamos discutiendo cómo ingresar a Vicentin, ahora por vía del Cramdown, y sin haber beneficiado a los accionistas ni haber usado mal la plata de los argentinos.
Como admirador de Alfonsín, obviamente debe recordar aquella frase: “Lo que no quise, lo que no pude, lo que no supe”. ¿Cómo lo respondería usted mismo?
No hice nada que no quisiera hacer. No me arrepiento, lo que hice, lo hice todo con absoluta convicción.
¿Qué no pudo?
Que no pude terminar con la maldita grieta que divide a los argentinos, no pude porque la grieta es permanentemente alentada por el sector de la política argentina y ahora es más profunda que nunca. Y yo lo siento mucho porque ningún país puede crecer tirando cada uno para un lado distinto, es muy difícil lograr eso.
¿Y qué le hubiera gustado saber y no supo?
No sé, me es difícil decir qué no supe.
Lo pongo de otra manera, con el diario del lunes obviamente, en retrospectiva, muchas decisiones que uno tomó, cualquier persona en la vida cotidiana de una manera sabiendo las consecuencias, lo hubiera tomado de otra. Sabiendo ahora cómo se desenvolvieron los acontecimientos, ¿qué hubiera hecho diferente?
No hubiera hecho nada diferente, porque todo lo que hice lo hice con mucha conciencia y lo hice muy convencido y lo hice con absoluta certeza de que estaba en el camino correcto. Con lo cual, no tengo de qué arrepentirme. Ahora, hubiera querido que no nos pasen todas las cosas que nos pasaron, hubiera querido que la pandemia no hubiera existido, hubiera querido nunca tener que verme en la obligación de negociar 100 mil millones de dólares de deuda con acreedores privados y 45 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. Hubiera querido no tener que soportar una guerra que nos costó en términos de importación de energía de gas, 5 mil millones de dólares. Hubiera querido no ser el presidente que soportó la sequía más grande de los últimos 100 años. Frente a cada problema que tuve le puse el pecho, y creo que los resultados no tienen lo negativo que muchos quieren mostrar. ¿Qué no supe? No sé qué es lo que no supe. Lo que sí puedo garantizar es que viví estos cuatro años poniendo toda mi fuerza, dejando mi salud, me voy con menos bienes que cuando entré porque tuve que recurrir inclusive a usar ahorros personales. Y me voy con la tranquilidad de que mi gobierno fue el gobierno que más obra pública hizo en Argentina, no tiene una sola denuncia de corrupción.
Cuando usted plantea la pandemia, la guerra en Ucrania, la peor sequía de la historia, se debe haber preguntado frente a cada una de estas situaciones qué hubieran hecho otros presidentes que lo precedieron. Hoy, nuevamente con la retrospectiva que da el tiempo pasado, ¿siente que algún otro lo hubiera hecho mejor frente a los mismos acontecimientos?
No soy tan soberbio para decir que fue el que mejor lo hizo, pero sí puedo contarles que quien me presidió en el cargo me recomendó cuando arrancó la pandemia, que siga la lógica de la inmunidad de rebaño, dejar que se contagien y se mueran todos lo que se tengan que morir porque era inevitable, pero que no pare la economía. Y mi respuesta fue, a la economía la puedo recuperar aunque pierda hoy, pero lo que no puedo recuperar son vidas. La pandemia tiene dos números y solo uno quedó en la memoria colectiva. El primer número es que en la pandemia, en la Argentina se contagiaron 11 millones de personas, murieron 130 mil, quiere decir que 10 millones 870 mil personas se curaron en la Argentina por la salud pública. La Argentina ha dado más de 130 millones de dosis. La Argentina hoy tiene su propia vacuna. La Argentina es el país con más de 30 millones de habitantes que más inmunidad ha logrado frente al covid, esto es la conclusión, datos de lo que resultó. Teniendo en cuenta, además, que todo ocurrió en un escenario donde la salud pública se había desmantelado, habían cerrado hospitales públicos, habían hecho desaparecer el Ministerio de Salud y habían desfinanciado la salud pública. En ese escenario me tuve que hacer cargo de todo, tuve que hacer cerca de 40 hospitales modulares en todo el país para que haya atención. Tuve que poner 4 mil respiradores artificiales para hacer frente a la pandemia, tuve que montar más de 4 mil camas de terapia intensiva en todo el país. Cuando llegué al gobierno, y usted se va a acordar, para saber si estábamos infectados, alguien que se infectaba en Tierra del Fuego lo hisopaban y el hisopado tenía que venir a Buenos Aires para que el Instituto Malbrán determinaran si estaba contagiado o no, en algo que se llama secuenciador genético, un aparato que permitía detectar el virus, había uno en el país. Yo me ocupé de que hoy exista uno en cada provincia, pero eso fue todo lo que pasó. ¿Quién podría haberlo hecho mejor? Y, no lo sé, de lo que estoy seguro es que hicimos todo lo que debíamos hacer y lo sacamos bastante bien adelante.
Lo escuché varias veces, no solamente de usted mismo sino de otros decirlo de usted, que usted tuvo mala suerte. Todos los presidentes tienen calamidades de algún tipo, pero que usted tuvo tres. ¿Qué rol usted le atribuye a la fortuna en el devenir histórico, cree que presidentes como Macri, como Cristina, tuvieron mejor suerte que usted? Maquiavelo hablaba siempre de que el príncipe necesitaba voluntad y fortuna, después de lo que le tocó vivir ¿cuál es la importancia que tiene la fortuna para los dirigentes políticos?
Me tocó gobernar los peores cuatro años del siglo, donde apareció el problema de la pandemia, el problema de la guerra y el problema climático. Y la Argentina tuvo un cuarto problema, no le echemos la culpa al mundo, que se llamó Macri y el endeudamiento. Tuvimos estos cuatro problemas y tuvimos un montón de problemas más en el medio. Cuando pensé que estaba todo terminado, entró Hamas a Israel, mató a 1.400 personas, muchos argentinos, y se llevó 250 personas secuestradas, de los cuales 20 son argentinos, y yo desde ese día diariamente estoy involucrado tratando de buscar la libertad de esos argentinos secuestrados. Entonces, no sé si a alguien le tocó vivir todo esto, porque además podría agregarle dos cosas más que me pasaron, y que por ahí pasan desapercibidas, pero que otros presidentes no vivieron. En medio de la pandemia se murió Maradona. Usted dirá, ¿y eso es importante? En la Argentina fue conmocionante la muerte de Maradona por el amor que sentimos por él, y la posibilidad de darle el tributo que Maradona merecía y no podíamos dárselo por la pandemia. Y me pasó que un libertario le puso una pistola en la cabeza a Cristina y dos veces disparó, y gracias a Dios no salió ese disparo, pero también me pasó a mí. Tuve también momentos felices. Recuerdo con mucha felicidad cuando alrededor del 20 de diciembre llegó el primer avión con las vacunas, y tuve la tranquilidad de que Argentina era el único país del hemisferio sur que empezaba a vacunar al mismo tiempo que el hemisferio norte, tuve una enorme felicidad. También varias felicidades que me dio el fútbol, mientras yo fui presidente, volvimos a ser campeones de América, volvimos a ganar la finalísima, ganamos la Copa del Mundo y le rompimos el invicto a Brasil en el Maracaná, en Eliminatorias. Momentos de mucha alegría para mí, fue ver la celebración popular al regreso del equipo campeón del mundo de la Argentina, ese fue un grato momento.
Ahora, usted marca obviamente un momento que es conmocionante, va a ser recordado en cien años, que tiene que ver con la pandemia. Por ejemplo, ¿siente que por presión de los sindicatos no pudo abrir los colegios antes de lo que usted le hubiera gustado?
Los colegios no se abrían antes de lo que yo hubiera querido porque la recomendación de la Organización Mundial de la Salud era que no lo hiciéramos. No soy un médico, soy un abogado y sé poco de infectología, traté de asesorarme por los mejores y estoy seguro que me asesoran los mejores. Y ese grupo de infectólogos que me ayudó en aquel momento, de por vida los recordaré con gratitud. Y la Argentina debería recordarlos con gratitud. Lo que pasa es que hubo un momento donde la pandemia se convirtió en una disputa política. Si uno revisa, empezaron a discutir si los barbijos tenían sentido o no, si la vacuna era una vacuna comunista o una vacuna capitalista. Si no le comprábamos la vacuna a los Estados Unidos era porque queríamos hacer un acuerdo con el comunismo chino y el ruso. /Perfil
Fuente: Contexto
Politica
Alcides Calvo realizó su análisis en el cierre de la Convención Constituyente 2025
En la última sesión de la Convención Constituyente Alcides Calvo realizó un análisis de su participación en el proceso de reforma y en su última sesión se aprobaron los textos que formarán parte de la nueva Carta Magna Provincial 2025.

Este miércoles 10 de septiembre se desarrolló la sesión N°11 de la Convención Constituyente de la Reforma de la Constitución de la Provincia de Santa Fe, con la participación de los 69 Convencionales, entre los que participó Alcides Calvo, representando, como convencional, al Departamento Castellanos, en la misma se realizó una exposición de los convencionales en la que pudieron plasmar las sensaciones, experiencias de su participación del proceso constitucional, para luego dar paso al tratamiento del texto definitivo que formará parte de la nueva Constitución Provincial.
En el momento Calvo haciendo un análisis de lo que implica la convención constituyente, compartió con los demás convencionales, “Hoy me toca cerrar una etapa, hoy es un momento de balances, de repaso, pero sobre todo de agradecimiento y reafirmación. Esta Reforma ha sido un acto de compromiso democrático, una experiencia transformadora, y tengo el orgullo de decir que desde mi lugar como Convencional, he estado presente, activo, comprometido, proponiendo con convicciones firmes y con una clara vocación de diálogo, no vine a especular, vine a construir.
Es un sueño cumplido, en el que participé con mis ideas, con mi experiencia en la gestión, con el respaldo de quienes confiaron en mí para estar en este recinto, y también con la humildad de escuchar y acordar cuando fue necesario, porque así se construye una Constitución, no para una parte, sino para todos y todas.
Una Constitución más moderna, más justa, más cercana, lo que tengo que destacar un aspecto esencial de este proceso, es sin duda la participación ciudadanos e instituciones civiles. Impulsamos, junto al bloque, el reconocimiento formal a esa participación. También trabajamos con firmeza en la transformación del funcionamiento del Estado buscando equilibrio y eficacia en cuanto a reelección limitada e igual duración de mandatos para todas las categorías electorales, incluido Presidentes Comunales, Gobernador y Vice, Intendentes y Concejales a 4 años. Pero también logramos avances estructurales como la reforma del artículo de materia tributaria, que siempre defendí, reconociendo entre otros con rango constitucional el tratamiento fiscal diferenciado a cooperativas y mutuales, no se trata de un gesto simbólico, Santa Fe reconoce así su propia historia, con Sunchales como Capital Nacional del Cooperativismo y Rosario como Capital Nacional del Mutualismo.
Con esta nueva Constitución la Provincia de Santa Fe reconoce además a la Iglesia Católica, como parte del patrimonio histórico, cultural y espiritual de la comunidad santafesina, garantizando a su vez la libertad de cultos.
Acompañé y defendí la autonomía plena de los municipios, lo hice convencido de que Santa Fe solo se desarrolla si cada ciudad y cada pueblo puede autodefinirse, gobernarse y asociarse, siempre con transferencia de recursos. La regionalización, hoy con jerarquía constitucional, es también una apuesta a la integración, al desarrollo equitativo y al federalismo real.
Apoyé una visión integral de la salud, con eje en lo físico, mental, emocional y social. Celebré que se reconozca al medicamento como bien social como así también su producción y defiendo el sistema público, gratuito y de calidad de la salud. Con la misma convicción, defiendo el trabajo decente como derecho humano y columna vertebral de la inclusión social, desde la tutela preferente al trabajador, construimos un capítulo que dignifica y proyecta. El derecho a un ambiente protegido y cuidado desde lo social y productivo; y el derecho al agua también fueron principios a cumplir.
Propusimos una visión con enfoque de control y protección de cuencas hídricas, de su sostenibilidad y equidad territorial. Y lo hicimos con coherencia, porque desde la gestión también impulsamos obras hídricas y acueductos estructurales.
Nos pusimos a la vanguardia constitucional, no solo defendiendo la protección de los datos personales, sino también el derecho a la conectividad, al acceso equitativo e igualitario a la tecnología, y al uso ético de la inteligencia artificial, derechos digitales que garantizan ciudadanía en el siglo XXI. Defiendo una educación gratuita, pública, laica, científica, democrática e integral en todos sus niveles, incluida a la educación superior y la especial con modalidades y tipo de gestión, lo dije y lo sostengo: la formación docente debe ser gratuita.
Y nada me emociona más que saber que, desde mi banca, acompañé a que la Causa Malvinas pase a ser un concepto constitucional. Ya no es solo una fecha, es una política de Estado.
Desde mi lugar, apoyé que la caja de jubilaciones de Santa Fe sea intransferible y permanezca en la órbita del Estado santafesino, y por otro lado, de que exista una justicia independiente y autárquica.
Estamos ante una Constitución para transformar y ampliar derechos. Por eso a quienes me eligieron como convencional, quiero decirles gracias, participé con la convicción de representar a una Santa Fe que trabaja, que produce, que lucha, que no se resigna y que exige un Estado presente, justo y eficiente. Nos espera un futuro de más derechos, con igualdad, más producción y, sobre todo, más justicia social y bienestar para los santafesinos y santafesinas”.
Equipo de Trabajo – Senador Provincial Alcides Calvo
Politica
Milei vetó la ley de financiamiento universitario y la oposición se prepara para insistir el miércoles
La iniciativa había sido aprobada en Diputados a principios de agosto con una amplia mayoría de 158 votos afirmativos, que, sin embargo, no llegaba a los dos tercios. Esa es la mayoría especial que la oposición deberá reunir si quiere revertir el veto e insistir con el proyecto original.

El Poder Ejecutivo remitió al Congreso este miércoles el veto a la ley de financiamiento universitario y la oposición analiza si intentará rechazarlo en una sesión especial el próximo miércoles.
La iniciativa había sido aprobada en Diputados a principios de agosto con una amplia mayoría de 158 votos afirmativos, que, sin embargo, no llegaba a los dos tercios. Esa es la mayoría especial que la oposición deberá reunir si quiere revertir el veto e insistir con el proyecto original.
En esa misma sesión especial también se aprobaron la declaración de emergencia en pediatría (por la crisis del Hospital Garrahan y el reparto automático con las provincias de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que también serán vetados por la Casa Rosada. No obstante, esos dos vetos aún no se remitieron al Congreso y el plazo vence este jueves.
La ley vetada por Milei había sido impulsada originalmente por el radicalismo disidente de Democracia para Siempre en conjunto con los rectores nucleados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Establece que los gastos de funcionamiento de las casas de estudios, hospitales universitarios y partidas para investigación se deben actualizar por inflación automáticamente. También ordena la convocatoria a paritarias -dentro de tres meses- para recomponer el salario docente y no docente y aumentar las becas, entre otros puntos.
La Casa Rosada rechazó la iniciativa desde un primer momento porque aseguraba que su costo fiscal era demasiado alto y pondría en riesgo el superávit fiscal, piedra fundamental de todo el plan económico.
En el veto, que ya fue publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno señala que el proyecto no cumple con el artículo 38 de la Ley 24.156, que exige que toda ley que autorice gastos no previstos en el presupuesto debe especificar de manera clara las fuentes de los recursos para su financiamiento.
En ese sentido, advierte que las fuentes indicadas para el financiamiento (como mayores ingresos recaudados por encima de lo presupuestado y la reasignación de partidas) resultan “genéricas”, no se relacionan de manera directa con los nuevos gastos previstos y no garantizan la suficiencia ni la disponibilidad de recursos.
El Gobierno también argumentó que la implementación de la ley generaría un aumento significativo y no cubierto del gasto público, con un costo estimado para 2025 de más de un billón de pesos, lo que pondría en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas y la sostenibilidad macroeconómica.
Este gasto “sin respaldo real”, según la Casa Rosada, sólo puede financiarse con emisión monetaria, lo que aumentaría la inflación y perjudicaría especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
Es la segunda vez que el presidente Milei veta una ley que busca aumentar el financiamiento universitario. El año pasado logró juntar un tercio de los votos en Diputados para blindar su decisión gracias al apoyo de algunos gobernadores y de los radicales “con peluca”, que hoy forman parte de un interbloque con el oficialismo.
La oposición analizaba por estas horas convocar a una sesión para la semana que viene y debatía si incluir en el temario el rechazo al veto. Los bloques más duros argumentaban que llevar los vetos al recinto lo antes posible serviría para aprovechar el momento de debilidad del Gobierno tras la debacle electoral en la provincia de Buenos Aires y la tensa relación con los gobernadores. Este jueves por la mañana se llevará adelante una reunión clave entre los secretarios parlamentarios de los bloque opositores para definir los próximos pasos a seguir. También están pendientes los vetos a la declaración de Emergencia por Bahía Blanca y la Moratoria Previsional.
Fuente: Infobae
Politica
El Congreso iniciará este miércoles el proceso de designación de autoridades de la Defensoría del Pueblo
El cargo está vacante desde el 2009; solo hubo dos Defensores desde su conformación en 1994

El Congreso iniciará mañana el proceso de designación de autoridades de la Defensoría del Pueblo, luego del exhorto de la Corte Suprema de Justicia de finales de agosto pasado en el que le pidió al Poder Legislativo que ocupara los cargos que están vacantes desde 2009.
Se trata de un organismo independiente que tiene como fin la promoción, protección y defensa de los Derechos Humanos, y es la única Institución Nacional de Derechos Humanos reconocida por Naciones Unidas en la Argentina.
El Defensor del Pueblo es designado y removido por el Congreso con el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de cada una de las Cámaras y dura cinco años en su cargo.
El último en ejercer el cargo -entre 1999 y 2009- fue el peronista Eduardo Mondino. El año pasado se cumplieron 15 años de vacante en el área, lo que fustigado por diversas organizaciones civiles.
La institución fue creada en 1993 por ley y, con la reforma de 1994, adquirió rango constitucional. La Defensoría solo tuvo dos representantes, desde el ’94 al 2009, y el predecesor de Mondino fue Jorge Luis Maiorano.
Fuente: NA
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