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La historia de Juan, el hombre que vivía en la calle en Mendoza y murió de frío por no abandonar a su perro
Además, la historia de María, que cumplió su palabra de cuidarlo. El abandono, la impotencia, la solidaridad y la fidelidad, por sobre todas las cosas.
Hace una semana la Iglesia Católica de Mendoza denunciaba que dos personas en situación de calle habían muerto en Mendoza debido al frío. Una de ellas era Juan Carlos Leiva, conocido en una zona del microcentro donde muchos lo ayudaban.
No sabían cómo terminó así, pero no importaba, era cuestión de “humanidad”. Lo hicieron hasta donde pudieron, hasta último momento e incluso después.
Juan tenía 51 años, hace tiempo que dormía en la entrada de un edificio de calle Perú donde había un pequeño techo que lo resguardaba -algo al menos- de las bajas temperaturas.
“Dormía en ese edificio porque tenía techo, verano e invierno, pasaba que solían llamar a preventores y lo sacaban, entonces cuando yo llegaba en la mañana le decía, Juan despiértese que van a llamar a preventores y lo van a sacar”, lo recordó María del Carmen Navarro, una mujer de 60 años que trabaja haciendo la limpieza en un consultorio médico del edificio. Ella, que a diario pone su mayor esfuerzo para llevar adelante su propia vida, fue quien hizo todo lo posible porque Juan recibiera ayuda cuando comenzó a verlo enfermo. Pero sobre todo, no olvidó la promesa que le hizo: no dejó solo al gran compañero de Juan, su perro Sultán, por quien prefería no ir a un refugio porque no lo dejaban ir con él. Fue por lo mismo que le costó tomar la decisión de ir a un hospital cuando su salud falqueó.
Amigo fiel
“El siempre andaba con su perro, hasta que llegó este frío; el 26 de mayo llegué al trabajo, no lo vi bien, estaba con un colchoncito finito y una colchita, con los ojos llenos de lagañas, no respiraba bien, estaba agitado”, relató María rememorando aquellos momentos de angustia.

Dijo que le dijeron de ir al médico pero él no quería dejar a Sultán. Hasta que finalmente el 28 de mayo se decidió a llamar al 911 para que enviaran una ambulancia.
Había pasado más de una hora y no llegaba, eran cerca de las 9 de la mañana y ella se repartía entre sus tareas y bajar a ver cómo estaba Juan. Pasaron unos preventores en bicicleta, los alertó y comentó de la ambulancia que no llegaba. Ellos también empezaron a llamar.
“Yo lo trataba de sentar al señor porque no podía, le decía Don Juan vaya al hospital, yo le cuido el perro, pero no quería por no dejarlo, le dije que yo tengo palabra y me llevaba el perro a mi casa, balbuceando me decía que cómo lo iba a buscar después, él lo único que quería era cuidar al perro”, contó con una angustia que contagia.
“A mi se me caían las lágrimas, les decía que estaba helado, con una colchita finita sobre una colchoneta también finita, el perro tenía tres sacos puestos, pero él no tenía medias y usaba un pantalón de verano, tenía los pies y manos congeladas; así que yo me saqué mis medias y se las puse”, siguió Maria con su relato.
E hizo referencia al rechazo que sintió que sufría el hombre por su condición: “Los preventores decían que esa gente cuando los ven en la calle los insultan y yo lloraba y les decía que la Biblia dice ‘que lance la primera piedra el que esté libre de pecado’, yo no sé qué ha hecho él en la vida, esto se hace por humanidad”.
Luego llegó la ambulancia, dijo que la médica no quiso llevárselo, que le diagnosticó catarro y que debía ir al hospital. Maria y otras vecinas que ayudaban ante la situación le explicaron que no era tan fácil. Una de ellas le pidió a la médica que por favor le indicara qué medicación necesitaba, que ella la iría a comprar, pero la doctora le dijo que en la ambulancia no se hacían recetas.
Sin familia
Finalmente, María lo convenció, le prometió cuidar a Sultán en su propia casa y él aceptó ir al hospital Central.
“Le dije que me esperara en Rivadavia y Belgrano, donde él se sentaba, en toda la mañana lo fui a ver 4 veces, se caía para el costado, se dormía, estaba congelado”, prosiguió la mujer. Es que Valle, una conocida, podría ayudarla a trasladar el perro hasta su casa a las 14 y también aceptó acercar a Juan en su vehículo hasta el hospital.
Cuando se bajó en dirección a la entrada, Sultán no paró de llorar, la fidelidad era mutua.
María lo acompañó, no quería dejarlo. En el ámbito hospitalario comenzó otra historia. Primero le pedían el DNI, Juan no lo tenía, pero finalmente lo aceptaron porque recordaba el número.
Luego le dijeron a María que no podía acompañarlo, que debía ingresar solo. Y allí lo dejó, sentado en una silla de hospital, le dijo que se quedara, que no se fuera
“Caminé tres metros, le dije ‘que Dios me lo bendiga’, sus últimas palabras fueron “cuideme el perro”, recordó. “Yo tengo varios animales recogidos de la calle, le puse una casita y le traje el colchón sucio de Juan, para que no lo extrañara y a mis otros perros y gatos los tuve encerrados para que no hubiera problemas, todo lo que era suyo lo lavé y se lo dejé listo en su bolsito para cuando volviera”.

Al día siguiente fue a su trabajo rogando que no estuviera en la puerta del edificio, pensaba que no estuviera pasando frío, que no lo hubieran echado del hospital. No estaba.
Conocía una médica en el hospital y le pidió que averiguara: así supo que estaba en terapia intensiva, grave.
Pero en los hospitales no dan información si no se es familiar, así que cada vez que preguntaba era rechazada.
Pudo saber que Juan tenía un hijo que también estaba en situación de calle y decidió buscarlo. Fue a la plaza Almirante Brown, cerca del hospital, preguntó a las personas que viven allí y le dijeron que no sabían nada. También fue a consultar a quienes viven en la plaza Independencia, les pido que si sabían algo le dijera a la persona que se comunicara con ella. Volvió muchas veces porque pasa por la plaza para tomarse el colectivo para volver a su casa. No tuvo noticias.
Finalmente, tanto insistir logró hablar con un médico de terapia que le dijo que su cuadro era muy delicado, tenía Epoc, neumonía y un problema cardiaco. Dejo su telefono. Luego le dijeron que sería trasladado al hospital Scaravelli de Tunuyán, María cree que al no tener familia no había impedimento de llevarlo lejos. Pero ella no podría ir a verlo, no tiene vehículo ni puede costear el traslado.
“Llame al hospital Scaravelli a ver si me daban información y dijeron que no podían si no era pariente, les rogué y me dijeron que estaba mal, les expliqué que no había familiares, que no los encontraba, que cualquier cosa me llamaran”, narró la mujer.
“Estaba trabajando el miércoles 4 de junio y a eso de las 11 de la mañana me llaman de Tunuyán, me preguntaron si era familiar, les dije que sí, me dijeron que el señor Leiva había fallecido a las 9 de la mañana, me dio mucha tristeza , murió allá, solo”.
Promesa cumplida
Señaló que desde áreas del gobierno han argumentado que Juan no quería ir a un hogar, pero contó que no lo dejaban entrar con el perro, o que cuando se lo habían permitido le habían pegado. Incluso contó que él mismo recibió golpes y a veces, cuando iba, aparecía con moretones. También Maria cuestionó el accionar de la médica de la ambulancia: “Habría que hacerle un juicio”, apuntó. Ahora, dice que el cuerpo de Juan cree que sigue en Scaravelli, a la espera de que disponga el gobierno porque no aparecen familiares. Ella sigue esperando alguna noticia del hijo de alguna calle de la Ciudad.
“Hay que contar esta historia porque dio la vida por su perro, era su compañero de vida, el que le daba amor, da mucha bronca”, dijo Maria. Al hacerlo comparó la actitud que tiene otra gente con más recursos con los animales y dijo que una costosa camioneta pasó cerca de su casa y tiró como si nada una gatita. Ella la levantó y ahora vive en su casa. Juan no tenía nada, pero tenía un amigo y valores.
Varios pudieron darle una mano a Juan. A veces sacaba cosas fiadas de un kiosco de calle Rivadavia, y un vecino, Mauricio, iba por su cuenta y las pagaba.
Maria cumplió su palabra, tuvo varios días a Sultán en su casa pero hubo que buscarle familia, ponerlo en adopción. Y entonces apareció la familia dueña del kiosco, lo conocían desde cachorro porque andaba por la zona. La hija de los dueños le abrió las puertas de su casa al amigo fiel de Juan para que la historia tuviera al menos una parte de final feliz. Ahora tiene techo, abrigo, comida y amor. Duerme en uno de los sillones con un abriguito azul para pasar estos fríos. “Le dije a Juan que estaba cumpliendo la promesa de que Sultán tuviera un buen hogar”, afirma María.
Fuente: Los Andes
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🗓️✨ ¡Fin de semana XXL en noviembre! Cuatro días de descanso y turismo por todo el país
Este noviembre se viene un descanso extralargo: muchos trabajadores disfrutarán de cuatro días de fin de semana gracias a un feriado trasladable y un día no laborable con fines turísticos.
🏖️ ¿Cuándo es el fin de semana XXL?
El período de relax será del viernes 21 al lunes 24 de noviembre de 2025:
- Viernes 21: día no laborable con fines turísticos. La asistencia al trabajo depende de cada empresa.
- Lunes 24: feriado nacional obligatorio por el Día de la Soberanía Nacional, originalmente celebrado el 20 de noviembre.
Este fin de semana largo no solo invita al descanso, sino que busca impulsar el turismo interno y dinamizar la economía local.
📜 Día de la Soberanía Nacional: un hito histórico
El 20 de noviembre se conmemora la Batalla de la Vuelta de Obligado (1845), donde las fuerzas argentinas resistieron a la invasión anglo-francesa, defendiendo estratégicamente las costas del río Paraná. 💪🇦🇷
⚖️ Feriado vs. día no laborable
- Feriado nacional: si trabajás, te pagan el doble.
- Día no laborable: depende de la empresa; se cobra salario simple si se trabaja.
🎄 Próximos feriados 2025
- 8 de diciembre: Inmaculada Concepción de María
- 25 de diciembre: Navidad
¡Prepará la agenda y planeá tu descanso! 🌞🏖️
Por Móvil Quique con información de La Nación
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📦📺 Insólito: compró un televisor “en oferta” por Temu y recibió algo inesperado… ¡el video explotó en TikTok! 🤯
Lo que parecía ser la compra del año terminó convertido en uno de los virales más desopilantes de TikTok. Un joven publicó la historia de su padre, quien creyó haber encontrado un televisor a precio de regalo en la plataforma Temu… pero lo que llegó a su casa lo dejó sin palabras.
En el video, el usuario muestra el paquete recibido y, dentro, una mini TV de plástico, del tamaño de un llavero. “Cuando mi papá pide una TV en Temu”, escribió, disparando carcajadas y miles de comentarios en minutos.
😂 Un fail épico que se hizo viral
La publicación superó rápidamente miles de reproducciones y reacciones. Entre bromas y memes, muchos usuarios compartieron experiencias similares, reclamando que en algunas plataformas los productos suelen tener descripciones confusas o fotos engañosas que llevan a este tipo de equivocaciones.
⚠️ El lado serio del viral: la letra chica importa
Aunque el clip se volvió famoso por el humor, también abrió el debate sobre los riesgos de las compras internacionales. Los especialistas recomiendan:
- Verificar medidas exactas del producto.
- Leer reseñas reales de otros compradores.
- Comparar fotos de usuarios con las del vendedor.
- Usar métodos de pago con protección.
- Guardar capturas de pantalla del anuncio.
Este caso se sumó a una larga lista de “compras fallidas”, recordando que en el mundo online no todo es lo que parece… y que la letra chica siempre importa.

Por Móvil Quique con información de eltrece
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😱 Increíble: descubrió la infidelidad de su marido por un detalle que jamás imaginó
La historia de Ángeles Favela, una psicóloga mexicana, se volvió viral luego de revelar el insólito detalle que la llevó a descubrir que su marido le era infiel. Su relato, contado en un podcast, generó impacto y miles de reacciones por lo inesperado del hallazgo.
Favela contó que todo ocurrió durante una clase de natación a la que asistió con su esposo. En un momento, el instructor le pidió al hombre que se diera vuelta para corregirle la postura. Fue entonces cuando ella notó algo que le encendió todas las alarmas:
cuatro marcas profundas, como rasguños, en su espalda.
“Vi esas líneas y no podía sacármelas de la cabeza”, confesó. Aunque intentó negar lo evidente, su intuición no la dejó en paz. Horas más tarde decidió preguntarle directamente, pero la reacción del hombre confirmó sus sospechas.
Lejos de intentar explicarse o pedir disculpas, él se mostró molesto por haber sido descubierto, actitud que terminó de evidenciar la traición.
Favela relató que aquel episodio le permitió ver con claridad que su pareja “no era la persona que aparentaba ser”, y que aceptar esa situación la hubiera llevado a normalizar lo inaceptable. Tras una fuerte discusión, decidieron separarse.
Su testimonio fue publicado en TikTok y rápidamente superó el millón y medio de reproducciones, acompañado de cientos de comentarios de personas que compartieron experiencias similares de engaños descubiertos por detalles mínimos.
Una historia que demuestra, una vez más, que el cuerpo también habla… incluso cuando alguien quiere ocultarlo todo.
Por Móvil Quique con información de TN
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