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Los meteorólogos temen que se presente la visita climática menos bienvenida

Podrían repetirse los efectos de 20/21, 21/22 o 22/23, cuando el sector agropecuario padeció olas de calor, sequías prolongadas o heladas fuera de estación.

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Foto: Los meteorólogos temen que se presente la visita climática menos bienvenida

“La Niña” apresta su regreso, entre septiembre y noviembre, portadora de un descenso en las precipitaciones y mayor probabilidad de sequías, especialmente en la región pampeana, el Litoral y el norte del país, así como un aumento en las lluvias y nevadas en la Patagonia.

Los especialistas del clima y organismos internacionales como el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU) le asignan un 65% de probabilidades.

El enfriamiento observado en las últimas semanas, tanto en la superficie como en la subsuperficie de océano Pacífico, fortalece la hipótesis de que La Niña podría regresar en los meses de verano.

De concretarse, este fenómeno podría instalarse antes de fin de año y extender su influencia durante la campaña agrícola 2025/26.

Sin embargo, los datos actuales muestran que la temperatura del agua en la región clave del Pacífico todavía se encuentra dentro del umbral de neutralidad.

Pronósticos cautelosos

De ahí que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) aún no haya emitido un informe oficial que confirme el retorno de La Niña, ya que por el momento son tendencias incipientes y no concluyentes.

Sí reconoció el enfriamiento progresivo del Pacífico y monitorea de cerca su evolución.

Para Sudamérica, y en particular para Argentina, la corriente de La Niña suele estar asociada a lluvias por debajo de lo normal en las regiones agrícolas del centro y norte del país, además de un aumento en el riesgo de heladas tardías en primavera y una mayor frecuencia de irrupciones de aire polar.

La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical, a saber, los vientos, la presión y las precipitaciones.

Por lo general, tiene efectos en el tiempo y el clima contrarios a los de El Niño, que es la fase cálida del fenómeno denominado “El Niño-Oscilación del Sur (ENOS)”.

Condicionantes del clima

Ambas corrientes son importantes condicionantes naturales del sistema climático, pero todos los fenómenos climáticos naturales se producen actualmente en un contexto de cambio climático que es producto de la actividad humana, que está exacerbando las condiciones meteorológicas extremas.

La Niña tiene típicamente un efecto de enfriamiento de las temperaturas globales, el que queda más que compensado por el calor atrapado en nuestra atmósfera por los gases de efecto invernadero.

Se desarrolla cuando los vientos que soplan sobre el Pacífico empujan el agua templada de la superficie hacia el oeste, hacia Indonesia.

En su lugar, las aguas más frías de las profundidades del océano suben a la superficie.

Normalmente, la Niña significa que países como Indonesia y Australia pueden recibir mucha más lluvia de lo habitual, y se produce un monzón más activo en el sureste de Asia.

Son más probables las tormentas en Canadá y el norte de EEUU, lo cual a menudo conduce a condiciones de nieve.

Al mismo tiempo, los estados del sur de Estados Unidos pueden verse afectados por la sequía.

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