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«Piden un café y están 3 horas»: algunos bares quieren prohibir el uso de computadoras

La medida, aplicada en varias ciudades del mundo, busca que los cafés vuelvan a ser espacios de encuentro y no oficinas improvisadas.

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Foto: Ilustrativa

En varias ciudades del mundo, una nueva tendencia está generando debate: algunas cafeterías están comenzando a prohibir el uso de laptops en sus mesas. La medida, que puede sonar extrema en tiempos donde el trabajo remoto es moneda corriente, busca recuperar la esencia social de estos espacios y enfrentar un problema que creció con la cultura del «work from anywhere».

¿Se viene a la Argentina la prohibición de laptops en cafés?

Desde su cuenta de Instagram, donde reúne a más de 600.000 seguidores, la periodista Mai Pistine también se metió en un debate que promete polémica: el uso de las laptops en los cafés.

«Cobrar por usar la computadora en un café, esto ya lo hacen en Europa», explicó en un video. Y aclaró: «Antes de que me putee, te quiero explicar por qué yo banco esta decisión, que todavía no llegó a la Argentina, pero en cualquier momento va a llegar».

Pistine detalló que en distintas ciudades europeas existen varias políticas: en algunos locales está directamente prohibido entrar con una computadora, otros cobran un extra si el cliente decide quedarse trabajando, y en ciertos casos se aplican restricciones solo en horarios pico.

Incluso, algunos negocios optaron por eliminar el wifi como una forma implícita de desalentar a los llamados nómades digitales. La periodista, además, señaló que la explosión del trabajo remoto transformó la dinámica de las cafeterías y afectó la rentabilidad de muchos comercios. «A nadie le puede servir que usen tu mesa durante 5 horas como oficina y pidas un café», sostuvo.

En cuanto a la situación local, advirtió que la tendencia podría replicarse en la Argentina: «Las ventas en cafés de especialidad cayeron un 17% respecto a 2024. Primero porque hay sobreoferta —al menos en la Ciudad de Buenos Aires existe un café de especialidad por cuadra, como pasó con las cervecerías—, pero también porque es un modelo de negocio que no es sustentable si tenés 10 mesas que te piden un café en 5 horas y no te consumen nada más».

Cafés vs. laptops: cuándo trabajar desde un local afecta la rentabilidad

Durante los últimos años, los cafés se consolidaron como oficinas improvisadas. Estudiantes, freelancers y empleados con horarios flexibles comenzaron a pasar largas horas frente a sus pantallas en locales que, originalmente, estaban pensados como puntos de encuentro, conversación y descanso. Para muchos dueños, esto cambió no solo el ambiente de sus negocios, sino también su rentabilidad.

Uno de los principales argumentos detrás de esta iniciativa es que los clientes que se instalan con sus laptops suelen consumir poco en comparación con el tiempo que permanecen ocupando una mesa. Mientras alguien que entra a tomar un café con un amigo suele quedarse entre 30 y 45 minutos, quienes trabajan desde allí pueden pasar varias horas con una sola taza, ocupando un lugar que podría rotar varias veces en el mismo lapso. En zonas de alta demanda, esto se traduce en pérdidas económicas para los comercios.

Otro punto que sostienen los impulsores de la medida es el impacto en la atmósfera del local. Los cafés solían ser espacios de intercambio, conversación y vida comunitaria. Sin embargo, con filas de clientes concentrados en sus computadoras, el ambiente se asemeja más a una biblioteca silenciosa que a un lugar de encuentro.

Para quienes buscan desconectarse, charlar o simplemente disfrutar de un rato de ocio, la experiencia se vuelve menos atractiva. La iniciativa todavía divide aguas. Para algunos, es una manera de preservar la esencia cultural de los cafés; para otros, una medida restrictiva que desconoce los cambios en la forma de trabajar y relacionarse.

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