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Imputarán a los dos detenidos por el crimen del policía Cristian Abrigo

La audiencia será este viernes en los tribunales santafesinos. El caso apunta a un ajuste de cuentas vinculado a una transacción comercial.

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Foto: Tribunales de Santa Fe

Los dos hombres detenidos por el crimen del policía Cristian Abrigo serán formalmente imputados este viernes en una audiencia que se llevará a cabo en los tribunales de Santa Fe. Se trata de Luciano S. y Fernando C., este último también integrante de la fuerza policial, quienes fueron arrestados el pasado 7 de marzo, cuando el paradero de Abrigo todavía era una incógnita.

La audiencia, prevista para las 11:30, estará a cargo de la jueza penal Rosana Carrara. La acusación será impulsada por los fiscales Laura Urquiza y Andrés Marchi, mientras que la defensa será ejercida por los abogados Jorge Qüesta y Rodrigo González, quienes representan a los acusados por separado.

La desaparición y la búsqueda

Cristian Abrigo, suboficial de la Policía de Santa Fe, fue visto por última vez el pasado 28 de febrero, cuando salió de su casa en el barrio La Esmeralda, en la ciudad de Santa Fe, en su día de descanso. Según la reconstrucción de los hechos, tenía previsto encontrarse con alguien en la localidad de Progreso, a unos 75 kilómetros de la capital provincial.

Su esposa intentó contactarlo cerca del mediodía para saber si volvería a almorzar, pero su mensaje nunca llegó a destino. La última señal de su teléfono celular se registró en Progreso, donde —según trascendió— se encontraba con la intención de cerrar una transacción comercial vinculada a la compra de ganado.

Ante su ausencia prolongada y la falta de respuestas, su familia denunció su desaparición y la causa fue asignada al fiscal Andrés Marchi, quien luego sumó a la investigación a la fiscal Laura Urquiza, del área de Delitos Complejos.

Un testimonio clave y el hallazgo del cuerpo

Los días pasaban y no había rastros de Abrigo. En medio de la incertidumbre, agentes del Organismo de Investigaciones y de la Policía de Investigaciones (PDI) allanaron un campo al sur de Progreso, que estaba a cargo del policía Fernando C. El operativo inicial no arrojó resultados, pero días después, en una nueva inspección, los investigadores encontraron un arma de fuego tipo revólver, envuelta en una bolsa de nailon y enterrada bajo tierra.

El punto de quiebre en la causa se produjo tres días después de ese hallazgo, cuando Fernando C. decidió confesar su participación en el hecho. En su declaración ante la Fiscalía, reveló que Abrigo había sido asesinado y enterrado en un sector de monte dentro del campo de Progreso.

Tras su testimonio, el propio acusado guió a los investigadores hasta el lugar donde estaba el cuerpo. Lo hallaron cubierto con hojas y ramas secas, debajo de un montículo de tierra. Luego, el cadáver fue trasladado a la morgue judicial, donde los forenses determinaron que presentaba dos disparos en la cabeza.

Si bien los fiscales todavía analizan la calificación legal del hecho, las primeras hipótesis apuntan a un ajuste de cuentas vinculado a una transacción financiera. Según la investigación, Abrigo, además de su labor policial, se dedicaba al préstamo de dinero y tenía una relación comercial con los otros dos involucrados.

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