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Controles de tránsito: cuánto tarda el alcohol en irse del cuerpo
La respuesta, aunque sencilla en parte, está llena de matices porque no se metaboliza igual en todos los casos. Después del brindis, empiezan las dudas por los controles de alcoholemia.
Con el brindis en la mano por las Fiestas de Navidad y Año Nuevo, la pregunta infaltable en toda reunión apunta a saber cuánto tarda el alcohol en irse del cuerpo para conducir. La respuesta, aunque sencilla en parte, está llena de matices porque no se metaboliza igual en todos los casos.
El hígado es el principal responsable de descomponer el alcohol. Este órgano procesa la cantidad de un vaso de bebida alcohólica por hora en el caso de los hombres. ¿Qué significa esto? Que el tiempo de eliminación dependerá no solo de la cantidad de alcohol ingerida, sino también de variables como la edad, el sexo, el peso corporal y si se ha comido previamente.
Sin embargo, hay un dato clave: no existe ninguna estrategia que acelere este proceso. Ni dormir, ni beber agua, ni el café, ni ninguna otra “solución mágica” ayudará a que el alcohol desaparezca más rápido del organismo. Solo el tiempo lo logra.
Una vez que el alcohol entra en el organismo, se absorbe rápidamente en el tracto gastrointestinal y pasa al torrente sanguíneo. Desde allí, viaja al hígado, donde las enzimas hepáticas lo descomponen en acetaldehído y, finalmente, en sustancias más inofensivas como agua y dióxido de carbono.
El problema es que el hígado tiene una capacidad limitada: no puede procesar más de una bebida alcohólica (un vaso de vino, un chopp de cerveza o una medida de bebida blanca) por hora. Cualquier exceso se queda circulando en el organismo hasta que el hígado pueda hacer su trabajo.
¿Cuánto tarda el alcohol en irse del cuerpo para conducir?
Los tiempos de eliminación varían dependiendo del método de detección, ya que el alcohol deja rastros que pueden ser medidos de diferentes maneras:
Sangre: el alcohol puede detectarse hasta 6 horas después de la última ingesta.
Aliento: de 12 a 24 horas, lo que explica por qué un control de alcoholemia puede dar positivo incluso al día siguiente.
Orina: entre 12 y 24 horas.
Saliva: entre 12 y 24 horas.
Cabello: hasta 90 días, ya que los folículos capilares registran el consumo de alcohol durante meses.
Si bien el hígado es el protagonista en este proceso, hay otros factores que pueden modificar la velocidad con la que el cuerpo elimina el alcohol:
Peso corporal: las personas con mayor masa corporal tienden a metabolizar el alcohol más rápidamente que aquellas con menos peso.
Sexo: las mujeres suelen procesar el alcohol más lentamente que los hombres debido a diferencias en la cantidad de agua corporal y enzimáticas.
Edad: a medida que envejecemos, el metabolismo se vuelve más lento, lo que afecta la rapidez con la que el alcohol se elimina.
Alimentos: haber comido antes de beber retrasa la absorción del alcohol, pero no su metabolización.
Es común escuchar consejos como “tomá un café bien cargado” o “dormí un rato y listo”. La realidad es que ninguna de estas prácticas acelera el metabolismo del alcohol. Beber agua o hidratarse puede ayudar a reducir los síntomas de la resaca, pero no elimina el alcohol más rápido. Lo mismo ocurre con el café, las duchas frías o el ejercicio físico: pueden hacernos sentir más despiertos, pero el alcohol sigue estando presente en el organismo.
Entender cómo actúa el alcohol en el cuerpo no solo resuelve una duda típica de las fiestas, sino que también es clave para fomentar conductas responsables. Saber que un control de alcoholemia puede dar positivo varias horas después de la última copa ayuda a prevenir situaciones peligrosas.
La mejor recomendación siempre es moderarse y planificar con antelación. Si vas a beber, designá un conductor responsable, utilizá transporte público o pedí un servicio de viaje compartido.
Fuente: TN
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Un repartidor llevó flores a un funeral, se tropezó frente al cajón y terminó de la peor manera
Una de las jóvenes que asistió al cementerio grabó la insólita situación.
Un repartidor llegó al cementerio para entregar un ramo de flores mientras familiares y amigos se preparaban para enterrar a un difunto. Sin embargo, un error hizo que todo terminara de la peor manera, y la escena quedó registrada en video.
La cuenta @zuly_bd compartió la publicación, que rápidamente acumuló miles de “me gusta”. En la grabación se ve al joven acercándose al funeral con el ramo en la mano, intentando acomodarse entre los presentes.
En un descuido, no advirtió el pozo donde descansaría el cajón y terminó cayendo dentro del agujero de tierra. Aunque algunas personas rieron ante la insólita situación, otros se acercaron para ayudarlo a salir.
El video alcanzó 16 millones de reproducciones y 961 mil “me gusta”, y se convirtió en uno de los clips más comentados de TikTok en los últimos días.
Algunos de los comentarios más destacados:
“¿También piden a domicilio desde el más allá?”
“Pasaron del llanto a la risa en un segundo”
“La ubicación dio justo ahí y él cumplió con la entrega”
“Se lo quiso llevar con él”.
Fuente: TN
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Comprar ropa de segunda mano ya no provoca vergüenza
Comprar ropa por kilo se convirtió en una tendencia en auge en una Argentina en crisis. Se pueden conseguir hasta 45 kilos de prendas por $35.000.
La ropa de segunda mano dejó de ser un recurso marginal para convertirse en una parte clave del negocio global de la moda. Su crecimiento expuso un cambio profundo en las decisiones de consumo, empujado por el rechazo al fast fashion, la necesidad de ahorro y el deseo de reducir el impacto ambiental. Hoy, comprar prendas reutilizadas es una acción con consecuencias directas en la economía y en el planeta.
Durante 2024, el mercado global de ropa usada creció un 19%, según datos de Forbes, y se espera que represente el 10% del negocio mundial de la moda en 2025. Más allá de una mayor conciencia ambiental, esta transformación responde también a un cambio cultural en la forma de valorar el consumo. La ropa con historia dejó de estar asociada con la escasez o la falta de opciones. Hoy es sinónimo de elección consciente, y en muchos casos, de exclusividad.
El dato económico acompaña esa transformación. En la Unión Europea y el Reino Unido, la industria de ropa usada aportó US$ 7.500 millones al PBI y generó 150.000 empleos, con un fuerte protagonismo femenino: el 79% de esos puestos fueron ocupados por mujeres.
Un informe de Oxford Economics destacó que este sector se convirtió en una vía real de inclusión laboral, sobre todo en países de Europa del Este como Bulgaria, Rumania y Polonia, donde el acceso al empleo formal sigue siendo limitado para muchas trabajadoras.
Al mismo tiempo, la falta de regulaciones claras frena el crecimiento sostenido del negocio. El mismo informe advirtió que hace falta un marco legal específico que asegure reglas justas frente a los gigantes del fast fashion, que dominan el mercado con precios bajos y producción masiva.
La reventa local de ropa usada importada es una práctica muy extendida. Casi el 90% de las prendas que llegan desde el exterior se reutiliza dentro del país»
En Argentina, la moda circular también muestra señales de crecimiento, aunque con matices propios. La reventa de prendas ganó espacio en ferias barriales, locales informales y también en plataformas digitales. En varias ciudades argentinas se multiplicaron los puestos de ropa por kilo, con precios que llegan a los $35.000 por 45 kilos, en una suerte de «mercado a granel» para vestirse en plena crisis.
Este sector se convirtió en una vía real de inclusión laboral, sobre todo en países de Europa del Este como Bulgaria, Rumania y Polonia»

La cultura del vintage y la reutilización ya no se limita a nichos o sectores alternativos. Muchos de esos espacios están cada vez más vinculados a influencers y públicos jóvenes que buscan prendas únicas sin pagar precios exorbitantes. Además, se estima que el 90% de las prendas usadas que ingresan al país se reutiliza localmente. Esto desarma ciertos prejuicios en torno a la ropa usada como residuo o desecho.
En Suecia apareció la palabra köpskam, que se refiere a la ’vergüenza de comprar ropa nueva’ «
Aunque todavía no hay estudios oficiales que midan el aporte de este rubro al PBI argentino ni cuántos empleos genera, distintas consultoras internacionales, como 6W Research, ya identifican al mercado de ropa usada en Argentina como un sector en crecimiento, motorizado por el interés en la sostenibilidad, la búsqueda de prendas únicas y la necesidad de precios accesibles. Sin ir más lejos, la reventa local de ropa usada importada es una práctica muy extendida. Casi el 90% de las prendas que llegan desde el exterior se reutiliza dentro del país.
El aspecto ambiental no se queda atrás. La industria de la moda genera más contaminación que los vuelos y el transporte marítimo internacionales combinados. Esa afirmación, basada en datos de la ONU, pone en evidencia el peso que tienen las decisiones cotidianas al momento de vestir. Frente a eso, la ropa usada ofrece una alternativa concreta: permite reducir en un 82% la huella de carbono respecto a la compra de prendas nuevas.
El crecimiento también se ve en los hábitos. En el Mediterráneo occidental, el uso de artículos reutilizados creció 88% en los últimos tres años, y su valor de mercado aumentó 91%. En España, el 65% de las personas compra ropa reutilizada con regularidad y el 80% revisa su placard al menos una vez por año para vender lo que ya no usa, según Forbes España.
El re-commerce se volvió tan relevante que obligó a las marcas de lujo a sumarse. Compañías como Gucci, Chanel y Louis Vuitton ya ofrecen prendas vintage y artículos de colección a través de plataformas digitales. La ropa usada pasó de ser una opción económica a convertirse en un símbolo de elegancia sostenible.
En paralelo, ganó fuerza un fenómeno cultural que pone en tela de juicio el consumo impulsivo. En países como Suecia, apareció la palabra köpskam, que se refiere a la «vergüenza de comprar ropa nueva». Esta actitud refleja una presión social creciente hacia quienes sostienen hábitos de consumo considerados nocivos para el medio ambiente.
Las plataformas digitales jugaron un rol clave en este giro. Sitios como Vinted, Wallapop o Vestiaire Collective potenciaron el intercambio de prendas en todos los niveles sociales, dándole volumen y visibilidad a un mercado que, hasta hace pocos años, se movía casi de forma informal.
De cara al futuro, se espera que el mercado global de ropa usada llegue a 322.000 millones en 2028, con un crecimiento del 168%, según Forbes. Dentro de ese universo, la moda de lujo usado crecerá un 11% anual hasta 2027, superando los 50.000 millones de euros.
Fuente: Perfil
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¿Nos quedamos sin plomeros? (podría ser la profesión del futuro, un oficio de millonarios)
Casi no existen plomeros jóvenes y el déficit de oficios incrementa el costo de la construcción. Según Nvidia, serán los próximos millonarios
En años, cuando una persona necesite un plomero, podría suceder que no exista alguno disponible. Si bien podría parecer exagerada, los datos le dan cierto sustento a esta teoría: según un estudio de Amanco Wavin de 2024, prácticamente no existen plomeros entre los 18 y los 25 años en Argentina.
A esto se le agrega un déficit general del 25% en trabajadores especializados (plomeros, albañiles, electricistas, etc.), que ya encarece la construcción entre un 8% y 12%, de acuerdo con un informe del Banco Mundial e INDEC.
Mientras el país se enfrenta a una caída sostenida en la elección de los oficios por parte de los jóvenes, desde el escenario global llega una señal opuesta. El director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, afirmó recientemente que «la próxima generación de millonarios serán plomeros y electricistas», debido a la creciente demanda mundial para mantener la infraestructura física necesaria para el auge de la inteligencia artificial.
El oficio de plomero pierde popularidad entre los jóvenes
El estudio de Amanco Wavin, el cual relevó más de 200 casos, muestra con claridad el desequilibrio generacional: el 98% de los plomeros son hombres y casi no hay plomeros entre 18 y 25 años.
El grupo más numeroso se encuentra entre los 46 y 55 años (41%) y el rango etario con menor presencia es el de 26 a 35 años (13,4%).
Por lo tanto, la conclusión es evidente: el oficio está envejeciendo sin relevo generacional.
Las razones detrás del abandono de los oficios son varias:
Desvalorización social: los oficios manuales son percibidos como trabajos de "segunda categoría"
Formación informal: se transmite de forma autodidacta o familiar, sin certificación oficial
Educación desactualizada: existe poca vinculación entre la formación técnica y las demandas del mercado
Precarización laboral: gran parte de los trabajadores opera en la informalidad, sin aportes ni cobertura
Falta de políticas públicas sostenidas: hay escasez de programas de profesionalización y promoción del trabajo calificado
«En el país existe una gran necesidad de trabajadores calificados en oficios, pero la situación enfrenta un desbalance entre oferta y demanda», resaltó Víctor Guajardo, gerente general de Amanco Wavin Argentina.
Las consecuencias del envejecimiento del oficio
La falta de mano de obra capacitada ya genera efectos concretos:
Se incrementan los tiempos de espera para encontrar un profesional
Los plomeros con buena reputación tienen turnos agendados con semanas o meses de anticipación
La construcción se encarece entre un 8% y 12%
Se incrementa la informalidad y se amplían las brechas de calidad del servicio
Sin embargo, el contraste es que se revaloriza el oficio. Mientras en Argentina se perciben como una opción de bajo prestigio, a nivel global están en ascenso. Huang, director ejecutivo de Nvidia, argumentó que «el Chat GPT no puede reparar un caño roto» y que muchos oficios técnicos «no requieren título universitario y tendrán salarios muy altos».
El crecimiento explosivo de centros de datos para IA obligará, según Huang, a duplicar anualmente la fuerza laboral calificada en plomería, electricidad y climatización industrial.
Por lo tanto, el mundo empuja hacia una nueva era de oficios bien pagos. Argentina, en cambio, parece dirigirse a un escenario donde simplemente podrían dejar de existir. De persistir con la tendencia actual, podría suceder lo siguiente:
El país podría perder capacidad productiva clave
Se incrementará la dependencia de mano de obra importada o informal
Se ampliará la desigualdad salarial entre trabajadores calificados y no calificados
Sin embargo, si se revaloriza la formación técnica y se modernizan los programas de capacitación, los oficios podrían convertirse en uno de los sectores más dinámicos y rentables del país.
El futuro podría estar en los oficios
En la actualidad casi no hay plomeros jóvenes en Argentina, pero el mundo se encuentra dispuesto a pagar cada vez más por quienes dominen estos oficios. La pregunta no es solo si el país se quedará sin plomeros, sino si perderá la oportunidad de participar de una nueva fase de empleo calificado y bien remunerado. La discusión ya no es solo económica, sino estratégica: ¿extinción o renacimiento?
Fuente: iProfesional
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