Economía
Empeoran las expectativas del mercado financiero sobre la economía argentina
Los bancos y consultoras que encuesta el Banco Central vuelven a ver mayor inflación y peor caída del PBI en 2019.
Los bancos y consultoras que encuesta el Banco Central elevaron sus pronósticos de inflación para 2019 hasta el 40,3% y señalaron que la caída de la economía será más pronunciada que la prevista el mes pasado, con un descenso del 1,5%.
Así lo informó este martes el Banco Central al dar a conocer su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Sin mirar la película de todo el año, la comunicación oficial señaló que hay algunos datos optimistas.
“Los analistas esperan un sendero decreciente para la inflación en los próximos meses. Luego de conocerse el dato de inflación de abril, revisaron a la baja sus expectativas de inflación para mayo a 3% y para los próximos doce meses a 31% (-0,4 punto menos)”, dijo la entidad.
Los especialistas estiman que la inflación de mayo habría sido de 3% mensual, es decir, 0,2 punto porcentual respecto del relevamiento anterior. Se trata de una tasa de variación inferior a la registrada en promedio durante el primer cuatrimestre del año, que fue del 3,7% mensual. Tras esto, el mercado espera que la inflación descienda hasta 2,1% en noviembre.
Los participantes del relevamiento subieron sus pronósticos mensuales para el período julio-septiembre con correcciones de 0,1 punto porcentual por mes respecto al relevamiento previo.
Para el 2019, los participantes del REM estiman la inflación del 40,3% para el nivel general y 40,5% para la medición núcleo. Así, ajustaron al alza en 0,3 punto porcentual y 0,4 punto con respecto al REM de abril.
Para 2020, la expectativa de inflación de los analistas se ubicó en 26,1% interanual, es decir 0,9 puntos más que en la consulta previa para el nivel general y en 24,8% para el núcleo, por lo que hubo un alza de 0,5 punto.
Para 2021, las previsiones de inflación de los analistas del REM se elevaron a 19,1% interanual para el nivel general de precios y a 18,1% para el componente núcleo (0,1 punto por encima del relevamiento previo en ambos casos).
Los analistas del REM prevén una caída del Producto Interno Bruto (PIB) real para 2019 de -1,5% (-0,2 punto con relación al -1,3% que pronosticaban en abril) y redujeron el crecimiento previsto para 2020 a 2% (antes 2,2%), en tanto que sostuvieron la expectativa de expansión para 2021 en 2,5%.
Asimismo, redujeron sus expectativas de variación trimestral (sin estacionalidad) del PIB a precios constantes para el primer trimestre de 2019 (de 0,4% a -0,2%), pero elevaron lo esperado para el segundo trimestre (de 0,8% a 1,0%) y para el tercer trimestre (de 0,3% a 0,4%).
Los participantes del REM elevaron sus proyecciones sobre la tasa de interés de política monetaria. Para junio estiman una tasa promedio de Letras de Liquidez en pesos de 69% (+1,7 p.p. respecto del REM de abril) y un sendero descendente hasta alcanzar 55% en diciembre de 2019 (+5 puntos respecto de la encuesta previa).
En lo que respecta a la proyección del tipo de cambio nominal los analistas esperan un valor promedio para junio de $45,8 por dólar (+$0,2 por dólar respecto del REM previo), con un sendero creciente hasta alcanzar un valor en diciembre de 2019 de $51,0 por dólar (-$0,2 por dólar que en la encuesta previa).
Por último, los participantes proyectaron un déficit fiscal primario para 2019 de $100 mil millones ($4,4 mil millones adicionales de déficit, respecto del REM último) y un superávit de $123 mil millones para 2020 (-$18 mil millones en relación con la encuesta previa).
Fuente: Via Pais
Economía
Sube el impuesto a los combustibles y se espera un aumento en naftas y gas oil
Se aguarda la decisión de las petroleras luego del último aumento de 5%.

El Gobierno nacional informó un nuevo ajuste parcial del impuesto a los combustibles que impactará en los precios. El porcentaje de aumento se confirmará en las próximas horas.
Según el decreto 441/2025 publicado hoy en el Boletín Oficial en naftas se aplicará un incremento de $ 6,620 por litro en el impuesto sobre los combustibles líquidos y de $ 0,405 por litro en el impuesto al dióxido de carbono.
Para el gasoil, el aumento será de $ 5,346 por litro para el gravamen general, $2,895 para la alícuota diferencial que rige en regiones como la Patagonia y zonas específicas del interior del país, y $0,609 por litro por el gravamen al dióxido de carbono.
Asimismo, se decidió posponer incrementos atrasados para amortiguar el impacto sobre los precios de los combustibles que luego inciden en la inflación.
En virtud de este objetivo, las actualizaciones pendientes correspondientes a parte del primer trimestre de 2024 y la totalidad del segundo, tercer y cuarto trimestres de 2024, más el primer trimestre de 2025- se empezarán a aplicar desde el 1° de agosto.
Entre los considerandos se recuerda que existe la obligación de actualizar estos montos trimestralmente y que, en ese marco, las actualizaciones deben efectuarse cada enero, abril, julio y octubre, considerando la variación del IPC suministrada por el INDEC.
De esta forma habrá que ver qué actitud toman las petroleras luego de haber anunciado la semana pasada un alza de 5% en el precio de sus productos por el circunstancial alza del petróleo por la guerra entre Israel e Irán.
Salvo YPF, Puma, Axion y Shell tomaron esta decisión, pero que luego no retrotrajeron cuando bajó el petróleo Brent.
Fuente: NA
Economía
Empleados de Comercio: acuerdan un aumento salarial del 6% más sumas fijas hasta diciembre
El gremio de Comercio acordó un aumento salarial del 6% a pagar en seis cuotas hasta diciembre, además de sumas fijas no remunerativas que alcanzan los $355.000 en total. En noviembre se revisarán las escalas. El acuerdo busca sostener el poder adquisitivo.

La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) alcanzó un nuevo acuerdo salarial con las cámaras empresarias CAC, CAME y UDECA. El mismo establece un incremento del 6% no acumulativo, distribuido en seis tramos de 1% mensual desde julio hasta diciembre de 2025, y sumas fijas no remunerativas mensuales que se suman al ingreso de los trabajadores del sector.
Además, se acordó el pago de sumas fijas de $40.000 mensuales desde mayo hasta diciembre, más una adicional de $35.000 correspondiente a abril. Estas cifras serán proporcionales para jornadas parciales y se integrarán para el cálculo del aguinaldo, horas extra, licencias e indemnizaciones.
También se resolvió que en enero de 2026, la suma fija de diciembre se incorpore al salario básico, impactando directamente en la base de cálculo para los futuros aumentos. Según las partes, la intención es preservar el poder adquisitivo en un contexto inflacionario.
Finalmente, se prevé una nueva revisión en noviembre, con el objetivo de analizar la evolución económica y ajustar las escalas salariales si fuera necesario.
Fuente: La Gaceta
Economía
Qué es el estrés económico que afecta a casi la mitad de los hogares argentinos
La estabilidad económica es percibida como estancamiento en cada vez más hogares en los que los aumentos de gastos fijos superan a la mejora de los ingresos.

Pese a una leve baja en los niveles oficiales de pobreza e indigencia, el malestar económico en la Argentina sigue siendo generalizado: el 47% de los hogares del país percibe que sus ingresos no alcanzan para cubrir necesidades básicas, incluso entre quienes tienen empleo formal. Así lo reveló un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), que puso el foco en un fenómeno creciente: el estrés económico auto percibido.
El documento, titulado “Estrés económico y movilidad social en la Argentina urbana (2010-2024)”, subraya que la presión sobre los ingresos familiares persiste más allá de los indicadores tradicionales de pobreza por ingresos. El informe destaca que incluso en contextos de desaceleración inflacionaria, la combinación de aumentos en tarifas, servicios y el estancamiento del salario real genera un clima de angustia económica transversal a casi toda la pirámide social.
La investigación del ODSA confirma que el estrés económico se agudizó desde 2015 y que, a partir de 2022, afectó con más fuerza a los sectores medios bajos, tradicionalmente más estables. “La frontera de la angustia por llegar a fin de mes se ha corrido. Ya no es un problema exclusivo de los sectores históricamente vulnerables”, sostiene el informe dirigido por el sociólogo Agustín Salvia.
Entre 2022 y 2024, el deterioro en el estrato medio bajo fue particularmente pronunciado. Allí, la proporción de hogares con insuficiencia de ingresos autopercibida se disparó, marcando un quiebre en la movilidad social ascendente. Incluso los estratos medios altos registraron un leve pero constante crecimiento del indicador, lo que revela la expansión del fenómeno más allá de la pobreza estructural.
El análisis también advierte que los hogares con niños y niñas presentan niveles más altos de estrés económico. “La presencia de menores en el hogar implica mayores necesidades y expone con más crudeza los efectos de cualquier shock económico”, indica el documento. Y si bien la brecha entre hogares con y sin niños se mantuvo relativamente constante, los primeros mostraron una reacción más sensible ante crisis recientes.
Otro hallazgo clave del estudio es la fuerte correlación entre el estrés económico y las carencias no monetarias: alimentación, salud, vivienda, educación. La percepción de insuficiencia de ingresos se vuelve mucho más aguda en aquellos hogares que ya enfrentan alguna de estas privaciones. Según la UCA, la brecha entre quienes tienen y no tienen carencias se amplió notablemente en los últimos años.
El estudio del ODSA plantea que el estrés económico no reemplaza a la medición de la pobreza, pero que sí la complementa de manera imprescindible. A diferencia de los indicadores tradicionales, que se basan en canastas definidas, el estrés económico toma en cuenta la percepción subjetiva de los hogares, sus expectativas, trayectorias y referencias culturales.
Así, la UCA propone un enfoque integral para analizar el deterioro del bienestar. “La autopercepción permite visibilizar situaciones de malestar económico que los criterios normativos no captan del todo”, concluye el documento.
Un país en tensión. Datos clave del informe:
El 47% de los hogares urbanos argentinos atraviesa estrés económico.
En los sectores bajos y medio bajos, el indicador alcanza hasta el 80% en los peores momentos.
Entre 2022 y 2024, los sectores medios bajos experimentaron un deterioro marcado.
La presencia de niños/as en el hogar incrementa significativamente el riesgo de estrés económico.
El nexo con carencias no monetarias se fortalece año tras año, reflejando un impacto estructural más profundo.
Incluso hogares con empleo registrado deben sumar ingresos adicionales para cubrir gastos básicos.
La conclusión es clara: aunque las estadísticas oficiales muestren señales de alivio, la economía del día a día sigue golpeando con fuerza a una sociedad que se siente cada vez más al borde del colapso. Y esa percepción, medida desde la experiencia cotidiana, hoy constituye un indicador tan potente como los números duros.
Fuente: Contexto Tucumán
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