Judicial
Juicio a policías de Sunchales: los acusados declararon y se desvincularon del hecho
Aseguraron frente al Tribunal que el detenido que los acusa de maltrato decidió tirarse por un ventanal para perjudicarlos. Además señalaron que no hay pruebas que los incriminen.

Este viernes se desarrolló otra jornada del juicio oral y público que tiene como acusados de «Apremios ilegales» a seis policías (cinco como coautores y uno como encubridor) que trabajaban en la Comisaría 3° de Sunchales en el 2019. La audiencia en la que estuvo RAFAELA NOTICIAS como único medio fue presidida por los jueces que integran el Tribunal, los Dres. Gustavo Bumaguín, Nicolás Stegmayer y José Luis Estévez (este último de manera virtual), estando presentes los acusados María Itatí Acevedo, Silvana Sarmiento, Carlos Agustín Manzo, Mauricio Leonardo Ortis, Brian Emanuel González, Luciano Gabineti, sus abogados defensores, los Dres Néstor y Sebastián Oroño, Aníbal Caula y Raúl Sartori, y el fiscal Juan Manuel Puig.
Parte de la jornada estuvo marcada por la declaración que hicieron 4 de los policías, que se expresaron por primera vez luego de casi 5 años de acontecido el hecho y tras haber pasado 5 meses presos entre octubre del 2019 y marzo del 2020.
Los que denunciaron a los policías fueron Juan Daniel F. y Juan Darío C. (hermanos por parte de madre) que eran delincuentes conocidos en Sunchales en el 2019 (actualmente están presos). El 17 de octubre de ese año fueron acusados por un vecino de calle Catamarca de un robo en su propiedad, agregando – el denunciante- que cuando fue a reclamarle al padre de uno de ellos le terminaron baleando la casa.
Esta situación derivó en un allanamiento pedido por el fiscal Dr. Loyola el 18 de octubre a la madrugada en el cual a Juan F. y a Juan C. les encontraron en el domicilio elementos de por lo menos 5 robos, con los cuales la policía cargó dos camionetas. Además hallaron en la vivienda de los hermanos vainas servidas en una cámara séptica, según lo declarado este viernes por la mañana por los policías.
Los hermanos se transformarían horas más tarde en los que acusarían a los policías de torturalos, luego de que Juan C. cayera desde un primer piso traspasando un ventanal del comedor de la comisaría. Por ese hecho estuvo en grave estado, logrando los médicos salvarle la vida en el hospital de Rafaela. A tal punto se recuperó que siguió delinquiendo y, como se mencionó anteriormente, hoy está detenido junto a su hermano. La única testigo de la causa que estaba en el momento de los hechos es una mujer, Anahi P., a quien el Grupo de Operaciones Tácticas la había detenido horas antes de que pasara lo de Juan F. y Juan C., cuando la mujer intentaba descartarse de elementos robados. Es decir, Anahi P. estaba detenida en la Comisaría 3° en el momento en que llegaron los hermanos. Se encontraba en el único calabozo que existía, que en realidad era un garage adaptado, lo que habla de la precariedad que tenía la única dependencia policial de la ciudad de Sunchales. Juan F. y Juan C. fueron derivados, el primero a la «pieza de las alarmas» y el segundo al comedor, desde donde luego caeríasufriendo un corte en el cuello que le generaría mucha pérdida de sangre.
Siguiendo con el relato que brindaron los policías este viernes en el juicio, los hermanos, se mostraron en todo momento hostiles a los policías mientras estuvieron en la comisaría. María Itatí Acevedo aseguró que insultaban con frases despectivas y Brian González declaró que Juan C. los amenazaba diciendo: «Voy a decir que me pegaron y los voy a denunciar». En tanto Mauricio Ortis manifestó que la misma persona adelantó lo que luego iba a hacer: «Me voy a romper todo manga de ratas». Según declaró este oficial, en un momento el detenido estando esposado en el comedor, se agachó y corrió hacia el ventanal, impactando la cabeza contra el mismo y cayendo a la planta baja. Incluso luego, ya estando herido, dejó en claro cuáles eran sus intenciones: «Los voy a denunciar, con esta me la van a pagar», habría dicho, según Ortis.
Pasada la situación, ya con Juan C. en el hospital, el subjefe de la comisaría Federico Maldonado se comunicó con el fiscal de turno Dr. Guillermo Loyola para comentarle lo ocurrido, quien le respondió que lo mantenga al tanto de las novedades, sin recibir otra orden. Conversación que fue escuchada, según sus dichos, por la oficial Silvana Sarmiento, quien recibió la directiva de Maldonado de limpiar la sangre que había quedado. Sarmiento desmintió que esta acción haya tenido la intención de borrar evidencias, sino que fue realizada porque no había una orden de no hacerla y además, porque las fotos por parte de los peritos ya se habían sacado. Por otro lado, el lugar ensangrentado era de uso diario para los policías, por lo que no podían dejarlo en esas condiciones.
Lo que vino después, fue la intervención de la fiscal Dra. Gabriela Lema de la Fiscalía Regional para dictar ese mismo día, el 18 de octubre del 2019, la detención de los 7 policías que estaban en la comisaría al momento del hecho y del jefe Luciano Gabineti que llegó después, todo bajo la carátula de «Torturas» para los primeros y de «Encubrimiento agravado» para el segundo. Aunque en este punto, Silvana Sarmiento declaró que a Gabineti lo detuvieron, no por el hecho en sí, sino por defenderla a ella, ya que la fiscal quería que Sarmiento se desnudara delante de todos los testigos varones que había en el lugar para que le entregara su uniforme, algo a lo que Gabineti se opuso y por eso- según ella- terminó detenido e involucrado en la causa. Sarmiento comentó que una compañera le prestó ropa para ser trasladada a la revisación médica, a la que tuvo que asistir descalza. «Nunca en mis años de policía llevé a un detenido descalzo al hospital como lo hicieron conmigo, nos trataron como a delincuentes», expresó. La oficial indicó «no hay pruebas» y que «todo está inventado» en la causa, asegurando que nunca fue reconocida por los denunciantes a pesar de que en la rueda de reconocimiento la pusieron con mujeres muy diferentes a ella en cuanto a contextura física, algo que catalogó de irregular, insinuando que hubo intencionalidad de la fiscal de querer involucrarla en la causa de manera forzosa.
«Sólo nosotros sabemos lo que vivimos, me perdí la entrega a la bandera de mi hija en quinto año, el ingreso de mi otra hija al jardín; todo eso ya no se recupera», relató. Y puso como ejemplo la «distinta vara» que tuvo la Justicia cuando a Anahi P. (la testigo de esa noche y que luego siguió cayendo presa por otros delitos), le dieron prisión domiciliaria por tener una nena de 6 años, cuando con ella teniendo una hija de 5 años nunca tuvieron esa consideración. Volviendo a Anahi P., que como se mencionó anteriormente era la única que estaba en la Comisaría 3° el día que Juan C. cayó del primer piso, todos los oficiales testimoniaron que la mujer nunca salió del calabozo, por lo que fue imposible que haya presenciado los hechos de maltrato que relató en su momento.
Con la declaración de los 6 imputados (dos lo hicieron el miércoles pasado y cuatro este viernes), más los alegatos de las partes, el juicio se encuentra en su etapa final, esperando en los próximos días la lectura del veredicto por parte del Tribunal, que tendrá que resolver si los imputados son culplables o inocentes y establecer una pena o su absolución, según corresponda. Cabe recordar que la causa original, que fue hasta el mismo inicio del juicio caratulada como «Torturas», pasó a Apremios Ilegales prácticamente el mismo día de inicio del juicio, lo que baja considerablemente la pena en expectativa. Y fue bajo esta útlima imputación que dos de los ocho policías decidieron firmar un juicio abreviado – Juan Cortez y Federico Maldonado- por tres años de prisión en suspenso asumiendo la responsabilidad de los hechos, no enfrentando el juicio oral.
Fuente: Rafaela Noticias
Judicial
La Corte se prepara para ratificar la condena a Cristina: iría presa y no podría ser candidata a diputada
Habría acuerdo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación para confirmar la condena en la causa «Vialidad» a Cristina Kirchner el próximo martes.

El periodista Eduardo Feinmann reveló en su programa «Alguien Tiene que Decirlo», de Radio Mitre, que habría acuerdo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación para confirmar la condena en la causa «Vialidad» a Cristina Kirchner el próximo martes.
Dijo que, de esa forma, la ex presidente y actual presidente del Partido Justicialista nacional, debería presentarse ante la Justicia para que le pinten los dedos y le coloquen una tobillera electrónica.
Dijo que le esperan la cárcel de Ezeiza o la prisión domiciliaria.
Cristina Kirchner adelantó que se presentará como candidata a diputada provincial en la provincia de Buenos Aires pero una condena firme le prohibiría presentarse.
Por su parte, el periodista Adrián Ventura dijo en TN que «la Corte Suprema se prepara para ratificar la condena a Cristina Kirchner y peligra la candidatura».
Dentro de los pasillos del máximo tribunal está instalada la idea de que la decisión llegaría antes de que comience julio.
El reloj avanza muy rápido, el tiempo se derrumba debajo de los pies de Cristina Kirchner y se esfuma su futuro político. Hoy, a esta hora, el destino de la expresidenta depende de un solo hombre, un único juez. Un juez que ni siquiera ella nombró, Carlos Rosenkrantz.
Ricardo Lorenzetti está firme en su decisión. Rosatti también querría ratificar la condena en la causa Vialidad, pero no tal vez el martes próximo. Es Rosenkrantz quien puede bajarle el pulgar a Cristina o darle una luz de esperanza y postergar la definición.
Hace dos semanas, la expresidenta confirmó su candidatura para la Tercera Sección de la provincia de Buenos Aires con la intención de lograr anticipadamente acceder a los fueros. El cierre de listas para diputados nacionales es el 17 de agosto y los fueros para cualquier candidato llegarían aún después, cuando la jueza federal María Servini oficialice las candidaturas. Demasiado lejos. Por eso, Cristina se anotó para la elección provincial, cuyas listas cierran y se oficializan en julio.
La única manera de que el máximo tribunal pueda dictar una sentencia es, entonces, que los tres jueces coincidan con sus votos en una misma decisión. Y ese dato, sencillo de entender, es la clave del futuro de la exmandataria.
Dos de los magistrados, Horacio Rossatti, el presidente de la Corte, y su predecesor, Ricardo Lorenzetti, coinciden en querer condenar a Cristina. Ellos mantienen una relación tirante, pero eso no les impide compartir el mismo punto de vista: la condena de la exmandataria no debe ser revisada ni llevada a 12 años, sino que debe quedar firme, a seis años de prisión, y debería ser dictada pronto. Hay, sí, un pequeño matiz: Rosatti no desearía precipitar esta definición el martes próximo.
La forma más rápida de resolver este expediente es recurriendo a la aplicación del artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial: “La Corte, según su sana discreción, y con la sola invocación de esta norma, podrá rechazar el recurso extraordinario, por falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o carentes de trascendencia”. Una fórmula escueta, contundente y suficiente para enviar a alguien a prisión. Rosatti también creería que ese es el camino, pero no está convencido de actuar de manera inmediata.
En otras palabras, esos dos ministros de la Corte no piensan abrir a estudio el recurso planteado por Cristina y por los defensores de los otros imputados. Eso demandaría muchos meses. Cristina, así, quedaría condenada a seis años. Solo difieren en el momento del fallo. Pero está instalada fuerte la idea, dentro de los pasillos de la Corte, que la condena llegaría antes de que comience julio.
Fuente: Contexto Tucumán
Judicial
Caso Loan: finalizó la investigación y piden la elevación a juicio
El fiscal de Goya y de la PROTEX solicitaron la elevación a juicio.

La investigación por la desaparición de Loan Danilo Peña el 13 de junio del año pasado en la provincia de Corrientes concluyó y los fiscales solicitaron la clausura de la instrucción a la jueza Cristina Pozzer Penzo.
La medida, a la que tuvo acceso la Agencia Noticias Argentinas, fue firmada por el fiscal federal de Goya, Enrique Mariano De Guzmán, junto con sus pares de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Marcelo Colombo y Alejandra Mangano.
En la causa principal están procesados Laudelina Peña, su marido Bernardino Antonio Benítez; Mónica del Carmen Millapi y su esposo Daniel «Fierrito» Ramírez, la funcionaria María Victoria Caillava; su marido, el marino retirado Carlos Pérez y el ex comisario Walter Adrián Maciel.
Ahora, según informaron fuentes del caso a este medio, los defensores tienen seis días como plazo para oponerse al requerimiento.
Luego, si se confirma la elevación a juicio, el Tribunal Oral Federal dictaminará la fecha del debate oral en las dos causas.
En este sentido, días atrás dicho Tribunal rechazó que los 10 procesados en la causa paralela sean enjuiciados en un debate distinto al caso principal.
En esta causa están procesados Elizabeth Noemí Cutaia, Alan Juan José Cañete, Pablo Gabriel Núñez, Verónica Paola Machuca Yuni, Valeria Liliana López, Esteban Federico Rossi Colombo, Nicolás Gabriel “El Americano” Soria, Leonardo Daniel Rubio, Pablo Javier Noguera y Delfina Taborda.
Conforme al escrito judicial enviado a este medio, el Tribunal sostiene que dicha elevación a juicio era “parcial” debido a que “no se había completado la investigación del hecho que dio origen a la causa”.
Fuente: NA
Judicial
Nicolás Mattioli irá a Juicio, acusado de homicidio culposo agravado por la muerte de una ciclista en accidente en Santo Tomé
La Justicia santafesina avanza hacia la instancia de juicio oral y público en una causa que involucra a Nicolás Mattioli, hijo del fallecido cantante Leo Mattioli, imputado por el delito de homicidio culposo agravado tras atropellar con su camioneta a una ciclista que circulaba en forma reglamentaria por una avenida de la ciudad de Santo Tomé. El hecho ocurrió el 21 de septiembre de 2024, minutos antes de las 8 de la mañana, en la intersección de Avenida Richieri y calle Libertad, y tuvo como trágico desenlace la muerte de Claudia Laura Decurgez, de 51 años.

La fiscal del caso, Rosana Marcolín, presentó la acusación formal contra Mattioli, acusándolo de haber causado la muerte de la víctima por una conducción imprudente y negligente. La presentación fue respaldada por los abogados querellantes Diego Martín Guido y Bruno Andrés Rugna, quienes solicitaron que el acusado enfrente un juicio oral con una pena de cuatro años de prisión efectiva y diez años de inhabilitación para conducir vehículos, además de las costas procesales y las penas accesorias correspondientes.
En la reconstrucción de los hechos se detalla que Mattioli circulaba en una camioneta Ford Ranger gris por Avenida Richieri, en sentido oeste-este. En la misma dirección y sobre el extremo derecho de la calzada lo hacía Claudia Decurgez, en bicicleta, respetando las normas de tránsito. A pesar de ello, el conductor no advirtió su presencia y la embistió desde atrás, provocando que la mujer saliera despedida hacia un costado del camino y golpeara violentamente su cabeza contra el suelo. El traumatismo de cráneo que sufrió fue letal, y cuando llegó la asistencia médica, los profesionales constataron su fallecimiento.
Una testigo presencial del hecho fue quien dio aviso inmediato a la policía a través del número de emergencias 911. Al llegar al lugar, los efectivos encontraron a Mattioli alterado, y según consta en el acta policial, expresó a viva voz: «No la vi, se me cruzó, todavía está respirando». Sin embargo, esa afirmación fue luego desmentida por las pruebas incorporadas a la causa. Cámaras de seguridad de una vivienda cercana captaron el momento exacto del impacto, mostrando que la ciclista se desplazaba en línea recta, sin realizar movimientos bruscos o indebidos, y que el conductor de la camioneta nunca frenó ni redujo la velocidad antes de la colisión.
Los peritajes accidentológicos determinaron que Mattioli circulaba a una velocidad estimada de 53,31 km/h, por debajo del límite permitido de 60 km/h para esa avenida, pero sin ejercer ninguna maniobra de evasión ni frenada al aproximarse a la víctima, lo cual resulta clave para sustentar la imputación de negligencia. Los informes también indicaron que no existían obstáculos visuales en el trayecto que impidieran advertir la presencia de la bicicleta en la calzada.
Un elemento relevante que agrava la acusación es que Nicolás Mattioli posee visión monocular (es decir, no ve con uno de sus ojos), una condición que, según la fiscalía, no fue tenida en cuenta al momento de conducir un vehículo de gran porte como una camioneta sin adaptaciones específicas que aumenten el campo visual, como espejos retrovisores especiales. Esta omisión, en combinación con la conducta posterior al hecho, contribuyó a que se solicitara una pena por encima del mínimo legal.
Otro de los puntos señalados por la fiscal Marcolín en el escrito acusatorio tiene que ver con la actitud del imputado tras el siniestro. A pesar de tener el teléfono celular en la mano al descender de su vehículo, no realizó ningún llamado al 911 ni solicitó auxilio, algo que fue también observado por la testigo, quien relató que Mattioli se acercó al cuerpo de la víctima, la movió para comprobar si aún respiraba, y repitió que “se le había cruzado”. La fiscal remarcó que esta versión fue un intento de deslindar responsabilidades, atribuyendo la culpa del hecho a la propia víctima, pese a que las pruebas la exoneran completamente.
La calificación legal elegida por la fiscalía es la de homicidio culposo agravado por la conducción de vehículo automotor, contemplado en el Código Penal y en el artículo 39 inciso b) de la Ley Nacional de Tránsito, que regula la responsabilidad penal por siniestros viales fatales cuando media una conducta imprudente o negligente.
En los próximos días, la Oficina de Gestión Judicial deberá fijar la fecha de la audiencia preliminar, donde un juez de garantías evaluará si se cumplen los requisitos formales y probatorios para dar paso al juicio oral. En esa instancia también se confirmará la admisión de testigos, entre ellos, quienes presenciaron el hecho, personal policial, peritos accidentológicos y médicos forenses.
La causa genera atención pública no solo por la figura mediática del imputado, sino por la contundencia de las pruebas técnicas y testimoniales reunidas, que delinean un caso de conducción temeraria con resultado fatal en un contexto urbano donde la víctima se desplazaba de manera completamente reglamentaria.
El futuro judicial de Nicolás Mattioli se definirá en ese juicio, donde se pondrán en juego los elementos reunidos por la fiscalía para demostrar que la muerte de Claudia Decurgez pudo y debió haberse evitado.
Fuente: InforMate
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