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Mataron a balazos a un hombre que confundieron con un ladrón
Ocurrió en la ciudad de Villa Ballester, en Buenos Aires. La víctima, un trabajador de 32 años, fue perseguido por ocho personas que creyeron que había robado en una casa. El presunto autor del disparo fue detenido.
Un hombre fue asesinado de un tiro por una de las ocho personas que lo persiguieron en la localidad bonaerense de Villa Ballester al confundirlo con un ladrón que días atrás había intentado entrar a robar a la casa de una de ellas y, si bien el presunto autor del disparo está detenido, la familia de la víctima quiere que vayan «todos presos», informaron fuentes judiciales y policiales.
La víctima, identificada como Jonatan Ezequiel Sagardoy (32), casado y con una hija, trabajaba desde hacía diez años en el sector de carpintería de la cadena de venta de artículos para la construcción y el hogar «Easy» de la ciudad bonaerense de San Martín y no tenía ningún tipo de antecedente penal.
El hecho ocurrió en la madrugada del sábado pasado, alrededor de las 0.20, cuando Sagardoy llegaba a la casa de un amigo en la intersección de las calles Montevideo y San Pedro, de Villa Ballester, partido de San Martín, en su camioneta Peugeot Partner gris.
Según los testigos -dos amigos de la víctima, uno de los cuales estaba en el mismo vehículo que Sagardoy, y otro que estaba detenido en otro auto-, ni bien se detuvo en ese lugar lo rodearon cuatro vehículos que lo venían siguiendo: una camioneta Renault Master blanca, otra Peugeot Partner, un Fiat Palio y una motocicleta.
«Eran ocho los tipos que lo venían persiguiendo. Había uno en la Master, tres en el Palio, dos en la Partner y dos en la moto. Dos se bajaron y fueron a increparlo. El que tenía el arma se acercó por el lado del acompañante de la camioneta de Jony, que tenía la ventanilla baja, y sin mediar palabra le pegó un tiro que le ingresó por la axila derecha», dijo a Télam Oscar Olivieri, cuñado de la víctima.
Según Olivieri, en ese momento su cuñado aceleró, pero el tirador efectuó un segundo disparo que entró por la luneta trasera e hirió en un hombro al amigo que estaba en el asiento trasero del vehículo.
Por su parte, Cristian Castro, uno de los dos amigos de la víctima y que recibió un tiro en un hombro, contó este miércoles por la tarde que Sagardoy condujo herido hasta el Hospital Eva Perón de San Martín, donde fue sometido a una cirugía y se determinó que el proyectil calibre 22 con el que lo hirieron le había causado una gran daño interno y terminó alojado en la ingle.
Tras dos días de agonía, Sagardoy falleció el lunes por la tarde y la causa fue caratulada como un «homicidio agravado por el uso de arma de fuego».
Desde el inicio, por la secuencia del hecho y lo que contaron los testigos, la Policía había descartado que se tratara de un homicidio en ocasión de robo, pero fueron los propios allegados a la víctima los que le dieron a los investigadores el dato de que se había tratado de un crimen por error.
«Nos enteramos que entre los que cometieron el hecho había un conocido de Jony. Cuando los familiares y amigos empezamos a contar por redes sociales lo que había sucedido, este muchacho se comunicó con nosotros y nos contó llorando lo que había pasado, que se habían equivocado de persona», explicó Olivieri.
Según relató, al hombre de la camioneta Master le habían querido robar en su casa hacía 15 días y pensó que el vehículo de Sagardoy estaba implicado en ese hecho.
«No sabemos bien por qué se equivocaron. La Policía nos dijo que se confundieron porque la camioneta de Jonatan pasó dos veces cerca de la casa de donde salieron estos asesinos. Pero mi cuñado pasaba por ahí porque era vecino, vivía a sólo cuatro cuadras», contó Olivieri.
El arrepentido se presentó a declarar primero en la comisaría 9na. de San Martín y así aportó los datos necesarios para identificar a las personas implicadas, entre ellas al tirador.
El presunto autor material del disparo, identificado como Guillermo Nicolás Gómez (26), se entregó en la comisaría 9na. el domingo y quedó aprehendido.
Fuente: LT9
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Identificaron al joven enterrado en la casa donde vivió Gustavo Cerati
Los restos óseos fueron hallados en mayo en una casa de Coghlan que habitó el líder de Soda Stereo. Ahora, la Justicia confirmó que el cuerpo pertenece a un joven desaparecido hace 41 años.

Los restos óseos encontrados en una casa en la que vivió Gustavo Cerati, en el barrio porteño de Coghlan, fueron finalmente identificados como pertenecientes a Diego (se evita difundir el apellido para resguardar a la familia), un adolescente de 16 años desaparecido el 26 de julio de 1984.
Aquel día, Diego había vuelto del colegio al mediodía, almorzó con su madre y luego le pidió dinero para tomar el colectivo. Dijo que iba a visitar a un amigo, pero no dio más detalles.
La última vez que fue visto con vida fue esa misma tarde, en la esquina de Naón y Monroe, en el barrio porteño de Belgrano, a pocas cuadras de su casa. A la noche, tras no recibir noticias del joven, sus padres se dirigieron a la comisaría 39 para hacer la denuncia, pero no se la aceptaron. “Se fue con una mina, ya va a volver”, les dijeron los agentes policiales, según relataron años después.

Diego estudiaba en la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N.º 36 y jugaba al fútbol en Excursionistas. Entrenaba todos los días, salvo los jueves. El día de su desaparición llevaba puesto su uniforme escolar, un dato que los investigadores ahora pudieron reconstruir a partir de los objetos hallados junto al cuerpo.
Su familia inició entonces una intensa búsqueda. Distribuyeron panfletos, intentaron contactar medios de comunicación, pero lo único que lograron fue una entrevista en la revista ¡Esto!, que publicaba el diario Crónica.

La nota fue publicada en mayo de 1986, casi dos años después de la desaparición. En esa entrevista, su padre, Juan Benigno, expresó su frustración con la investigación policial, o más bien, la ausencia de ella.
“La Policía dice que tiene tres mil casos iguales. Y fíjese qué absurdo: desde el primer momento lo caratularon como ‘fuga de hogar’. Yo protesté y ¿sabe qué me dijeron? Que así estaban impresos los formularios. Me negué a eso, pero como si nada. ¿Qué quiere que investiguen si ya dan por sentado que él se fue, y no que me lo robaron?”, declaró el padre de Diego en la entrevista.
Durante todos esos años, la familia conservó intacto el cuarto del adolescente. Los dos hermanos de Diego, un varón y una mujer, fueron los encargados de darle ahora la noticia a su madre, tras confirmarse la identidad de los restos.
El padre de Diego falleció en un accidente de tránsito. Siempre estuvo convencido de que su hijo había sido secuestrado por una secta.
La posibilidad de que se tratara de Diego surgió a través de un sobrino, que al leer las noticias sobre el hallazgo del cuerpo en el jardín de la casa vinculada a Gustavo Cerati, ató cabos con la historia familiar. Los datos que se iban difundiendo —edad estimada, prendas halladas, sexo y complexión física— lo llevaron a sospechar que podía tratarse de su tío. No se equivocó.
Cómo encontraron el cuerpo enterrado en la casa en la que vivió Gustavo Cerati
El hallazgo se produjo el pasado 20 de mayo, cuando una medianera se derrumbó mientras trabajadores levantaban una nueva pared en un terreno ubicado sobre la avenida Congreso 3748, donde años después viviría el músico Gustavo Cerati.
Los obreros estaban construyendo una pared que dividía el terreno con la propiedad vecina, ubicada en Congreso 3742, y que hasta entonces solo estaba separada por una ligustrina. Durante la demolición, el colapso dejó a la vista restos humanos. La escena quedó bajo análisis de la Policía Científica, que confirmó la presencia de 150 fragmentos óseos.
El terreno donde ocurrió el hallazgo había pertenecido a una casona que fue alquilada entre 2002 y 2003 por Cerati. Aunque el músico no tuvo relación alguna con el hecho, su vínculo con la vivienda ayudó a visibilizar el caso y a despertar el interés público. Esa difusión fue clave para resolver una desaparición que llevaba cuatro décadas sin respuesta.
El caso quedó en manos del fiscal Martín López Perrando. Tras la intervención inicial, especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizaron estudios sobre los huesos. Determinaron que el cuerpo había recibido una puñalada mortal en la cuarta costilla derecha. Además, detectaron marcas en los brazos y piernas que evidenciaban un intento fallido de descuartizamiento con algún tipo de serrucho.
La fosa donde el cuerpo fue enterrado tenía apenas 60 centímetros de profundidad. Para los investigadores, esta característica sugiere que fue cavada con apuro y descuido, lo que explicaría la presencia de objetos personales junto al cuerpo que, décadas después, ayudaron a identificarlo.

Entre los elementos encontrados había una suela de zapato número 41, un corbatín escolar azul desgastado, un llavero naranja con una llave, un reloj Casio con calculadora fabricado en Japón en 1982, y una moneda de 5 yenes, que inicialmente fue confundida con un dije con inscripciones extranjeras. Según testimonios, en esa época algunos jóvenes usaban esas monedas como colgantes o amuletos.
Con el avance de la investigación, el EAAF tomó una muestra de ADN a la madre de Diego. El resultado fue concluyente: coincidió perfectamente con los restos hallados en el terreno.
El fiscal López Perrando continuará con la investigación para intentar reconstruir lo sucedido, aunque todo indicaría que el crimen estaría prescripto. Como primer paso, se prevé que cite a declarar a las personas que residían en la casa de Congreso 3742 en 1984. Según los registros, se trata de una mujer de edad avanzada y sus dos hijos, un varón y una mujer de apellido Graf.
Este hallazgo marcó, de casualidad, el inicio de la resolución de un misterio que llevaba cuatro décadas literalmente enterrado. Si bien la identidad de Diego fue recuperada, la causa ahora deberá avanzar sobre una nueva incógnita: quién lo mató, y por qué.
Fuente: Perfil
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Usaba garrafas como combustible para su camioneta y quedó detenido
La Policía Caminera interceptó a un joven de 18 años en Capilla del Monte. Transportaba gas sin documentación y con una peligrosa instalación casera.

La Policía Caminera de Córdoba detuvo a un joven en la ruta nacional 38, en la localidad de Capilla del Monte, departamento Punilla.
El conductor, de 18 años, que guiaba una camioneta Ford F-100, fue sorprendido transportando cinco tubos de gas de 45 kg y cuatro garrafas de 10 y 15 kg sin la documentación requerida ni la habilitación correspondiente para este tipo de carga peligrosa.
El hallazgo más alarmante fue la detección de una instalación casera de gas natural comprimido (GNC), donde dos garrafas de 15 kg estaban conectadas directamente al carburador del motor mediante mangueras de goma, sin ningún tipo de homologación de seguridad.
Los efectivos constataron irregularidades graves: los tubos y garrafas carecían de los permisos necesarios para su transporte, incumpliendo las normativas de seguridad para materiales peligrosos.
Pero, el descubrimiento más preocupante fue la precaria instalación de GNC, que representaba un riesgo inminente tanto para el conductor como para otros usuarios de la vía.
Las garrafas, conectadas al motor con un sistema improvisado, no cumplían con los estándares técnicos ni de seguridad exigidos por la legislación vigente.
El joven fue aprehendido y el vehículo secuestrado.
Fuente: Cadena 3
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La Iglesia católica advirtió que “sin empleo no hay dignidad”
En la previa de San Cayetano, llamó a priorizar el trabajo y acompañará la marcha en Rosario con ollas populares.

En vísperas del Día de San Cayetano, la Iglesia Católica emitió un fuerte mensaje sobre la crisis laboral.
La Conferencia Episcopal Argentina advirtió que “ninguna medida económica puede considerarse exitosa si implica que los trabajadores pierdan su empleo”. El documento fue difundido este lunes y apunta a visibilizar el impacto del desempleo en la vida de millones de familias.
“Ninguna política puede ser exitosa si destruye empleo”
El texto, firmado por el arzobispo de Mendoza y presidente de la CEA, Marcelo Colombo, remarca que “cuidar el empleo debe ser una prioridad indeclinable” en cualquier política pública. “La pérdida de trabajo hiere profundamente la dignidad de las personas”, advirtieron los obispos, al tiempo que invitaron a orar por “nuevas oportunidades laborales” y por “el pan en cada mesa”.
La devoción a San Cayetano, tradicional patrono del pan y del trabajo, será el marco de movilizaciones en distintos puntos del país. En Rosario, gremios y organizaciones sociales realizarán una marcha con epicentro en el Monumento a la Bandera. “Vamos a instalar 50 ollas populares como símbolo de lucha y solidaridad”, anunciaron.
El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, confirmó que acompañará la movilización y bendecirá las ollas populares. El recorrido comenzará este jueves a las 8.30 en la Plaza del Che, pasará por la parroquia San Cayetano y culminará en el Monumento. Participarán sindicatos, movimientos sociales, estudiantes y jubilados.
Fuente: Sin Mordaza
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