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Tarde violenta en Santa Fe: mataron a un adolescente en Loyola Sur y a otro joven en Santa Rosa de Lima
Los homicidios ocurrieron con poco más de una hora de diferencia, entre las 19 y las 20:30 horas. Los crímenes se elevan a 14 en el departamento La Capital en lo que va del 2022.

La tarde se tornó violenta en la ciudad de Santa Fe con dos homicidios registrados en poco más de una hora.
Uno de los hechos ocurrió pasadas las 19 horas en calle Mantovani al 6700 del barrio Loyola Sur. Allí un adolescente de 18 años fue apuñalado cuando quiso frenar una discusión entre otros dos sujetos.
El herido fue trasladado de urgencia por su pareja hasta el Hospital Iturraspe, donde constataron que presentaba puntazo mortal en la zona del tórax.
Interviene en el caso el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación, Dr. Andrés Marchi.
Balas y fuego en Santa Rosa
Minutos más tarde, cerca de las 20:30 horas, un joven de 28 años fue atacado a balazos en el patio de su vivienda ubicada en Pasaje Donnet al 47 del barrio Santa Rosa de Lima.
Según el testimonio de familiares de la víctima, los autores serían unos vecinos con los que tienen problemas de larga data, y habrían efectuado los disparos desde la planta alta de un domicilio lindero.
El muchacho fue encontrado ya sin vida en la parte trasera de su casa, pero en el momento que el deceso fue comunicado por las autoridades, varios hombres ingresaron al domicilio desde donde habrían provenido los tiros y lograron encender fuego.
Debido a esto, tuvieron que arribar al lugar refuerzos policiales y bomberos zapadores, además de los peritos de la Agencia de Investigación Criminal.
Este homicidio, el número 14 en el departamento La Capital en lo que va del 2022, también quedó a cargo del fiscal Marchi.
Fuente: LT9
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Insólito caso: fue a denunciar a su pareja por violencia de género y él apareció en la comisaría para atacarla
La mujer, de 52 años, estaba declarando en la Comisaría 3° cuando el acusado irrumpió e intentó agredirla. Quedó detenido y le secuestraron un revólver.

En las primeras horas de la tarde de este jueves, una mujer de 52 años se presentó en la Comisaría 3° de la ciudad de Santa Fe —sede también de la Estación Policial Centro (EPC)— para denunciar a su pareja por violencia de género. Mientras era atendida por un oficial, el acusado, un hombre de la misma edad, ingresó sorpresivamente al hall central de la dependencia e intentó agredirla.
Al verlo, la denunciante comenzó a gritar y el agresor trató de acercarse de manera violenta, pero fue neutralizado y aprehendido en el acto por los policías del tercio de guardia. El detenido fue identificado como D. G.
Lesiones y arma secuestrada
Posteriormente, la víctima fue trasladada a Medicina Legal, donde un médico policial constató que presentaba lesiones en brazos y cabeza. Más tarde, acompañó a los agentes hasta su domicilio, donde entregó un revólver calibre .22 perteneciente al agresor, en buen estado de conservación, junto con 20 municiones intactas.
Acusaciones
El procedimiento fue informado a la Jefatura de la Unidad Regional I de la Policía de Santa Fe y a la fiscal de Flagrancia del Ministerio Público de la Acusación, Lucila Nuzzo, quien dispuso que el hombre permanezca detenido y sea imputado como presunto autor de amenazas, lesiones dolosas en contexto de violencia de género y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil.
Fuente: Uno de Santa Fe
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Escándalo en la policía: lo agarraron copiando con tecnología de espía
Un inspector fue apartado de su cargo tras ser descubierto utilizando anteojos con microcámara e internet durante una evaluación para subir de rango. El caso abre una nueva preocupación sobre el uso de dispositivos invisibles para hacer trampa en exámenes públicos.

Lo que debía ser una instancia para premiar la trayectoria y preparación de los aspirantes a cargos superiores dentro de la Policía de Santa Fe, terminó con escándalo. Un inspector que buscaba ascender a subcomisario fue descubierto mientras se copiaba durante el examen de ascenso, utilizando unos sofisticados anteojos inteligentes con cámara incorporada y conexión a internet.
La maniobra fue detectada por un evaluador que notó movimientos inusuales y puso la lupa sobre el dispositivo. Lo que parecía un simple accesorio visual resultó ser una microherramienta de espionaje, capaz de transmitir en tiempo real.
Al ser descubierto, el agente no ofreció resistencia. De inmediato, fue separado preventivamente del cargo, se le retiró el arma reglamentaria y se le inició un sumario administrativo. La medida lo deja fuera de funciones hasta tanto se determine su situación disciplinaria, que podría culminar con su exoneración.
Desde el Ministerio de Seguridad calificaron el hecho como “grave” y ratificaron que no se tolerará “ninguna forma de fraude en los procesos de jerarquización”. La honestidad, subrayaron, es un requisito innegociable para quien aspira a mayores responsabilidades dentro de las fuerzas.
Este episodio pone en el centro del debate el uso de tecnología en evaluaciones y la necesidad de fortalecer los controles, no solo en el ámbito policial. Recientemente, casos similares se detectaron en exámenes de ingreso a la medicina, lo que expone una problemática creciente.
Mientras continúa la investigación administrativa y se analiza si hubo otros implicados, el caso ya dejó su marca: en tiempos donde las trampas también se digitalizan, las instituciones tienen el desafío de estar un paso adelante para que el mérito no quede opacado por la trampa.
Fuente: Rafaela Informa
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“Flotaba y gritaba mis hijos”: el estremecedor encuentro con “La Llorona” en Rincón
Durante una madrugada en plena pandemia, Fabio, un vecino de la ciudad costera, vivió una experiencia que lo marcó para siempre. Asegura haber visto a una mujer de blanco levitando cerca del cementerio. “No era humana, se veía a través de ella”, contó en Onda Paranormal.

Todo ocurrió entre las 2:30 y las 3:00 de la madrugada, cuando Fabio regresaba a su casa luego de asistir a su tío, víctima de un intento de robo. En medio del toque de queda por la pandemia, decidió tomar un camino alternativo para evitar a la policía. Lo que jamás imaginó fue que ese desvío lo enfrentaría a algo inexplicable.
“Cuando pasé por el cementerio, empecé a escuchar un llanto. Era un grito desgarrador. Se escuchaba como si viniera de todos lados.”
Conducía su vieja camioneta Chevrolet con motor Perkins, ruidosa pero fiel. Ya cerca del barrio El Eucaliptal, en una curva donde la calle forma una S, la figura apareció.
“Era una mujer con un vestido blanco, como de tul. Pelo negro hasta la cintura. Se veía claramente… pero a través de ella.”
Fabio detuvo el vehículo al verla de pie, o mejor dicho, flotando. Intentó distinguir si tenía calzado, pero no tocaba el suelo: “Levitaba sobre los pastos, unos 20 centímetros arriba. Era una imagen nítida, como iluminada desde adentro. El vestido no se movía, a pesar del viento”.
Quiso bajar a cerciorarse de que no se tratara de una persona real, pero en ese momento escuchó un segundo grito, más potente que el anterior.
“El grito entró a la camioneta. Me paralizó. Era imposible que se escuchara así, con el motor andando. Cerré la puerta y me quedé quieto.”
La mujer nunca mostró el rostro. Siempre de espaldas, mirando hacia el río, se desplazó lateralmente sin mover las piernas ni el vestido, como si flotara en el aire.
“Nunca la vi caminar. Se desplazó un metro en el aire. Era como si el cuerpo no tuviera peso.”
Ya en su casa, ubicada a unos 400 metros del lugar, su familia también había escuchado los gritos. “Mis hijos estaban afuera y me preguntaron: ‘¿Escuchaste?’ Les dije: ‘Sí, recién la vi’. Todos habían oído lo mismo”.
Fabio nunca olvidará lo que vino después. El llanto cesó por un momento, y entonces la figura pronunció, claramente:
“Dijo: ‘Mis hijos’. Se me heló la sangre.”
Esa frase reforzó en Fabio y su familia la idea de que se trataba de una manifestación sobrenatural, posiblemente “un alma en pena”. Vecinos del lugar también aseguran haber oído los lamentos en otras oportunidades. Una curandera local le dijo que la aparición coincide con grandes tragedias: se escuchó durante la inundación de 2003, los atentados a las Torres Gemelas y en plena pandemia.
Aunque Fabio pasa todos los días por esa zona, nunca volvió a verla. Tampoco realizó una denuncia formal.
“No tengo miedo. Pero esa noche supe que no era algo común. Quería saber si era de carne y hueso… y me di cuenta de que no.”
Fuente: LT9
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