Salud
Expertos médicos de EEUU te explican paso a paso cómo las gaseosas te destruyen la salud
Según detalla Medical Todays, al consumir un refresco, el cuerpo experimenta una serie de reacciones químicas que pueden afectar la salud. Dentro de los primeros 10 minutos, una gran cantidad de azúcar entra en el sistema, aproximadamente diez cucharaditas, lo que supera el 100% de la ingesta diaria recomendada.

Beber un refresco o bebida gaseosa es un gesto cotidiano para muchas personas, una pausa refrescante en medio del día o un acompañamiento habitual durante las comidas. Sin embargo, detrás de cada sorbo se esconde un complejo proceso químico que puede tener un impacto en la salud. Lo que comienza como un simple placer se convierte en una serie de reacciones en cadena dentro del cuerpo, desde el momento en que la bebida entra en el sistema hasta una hora después. Conocer estos efectos permite entender mejor las implicaciones de consumir refrescos de manera habitual y cómo pueden influir en el bienestar general.
Según detalla Medical Todays, al consumir un refresco, el cuerpo experimenta una serie de reacciones químicas que pueden afectar la salud. Dentro de los primeros 10 minutos, una gran cantidad de azúcar entra en el sistema, aproximadamente diez cucharaditas, lo que supera el 100% de la ingesta diaria recomendada.
Una lata o botella de refresco normal contiene 155 calorías, 38 gramos de carbohidratos, 37 gramos de azúcar y 34 miligramos de cafeína. Para ponerlo en perspectiva, la Asociación Americana del Corazón recomienda limitar el azúcar a 25 gramos al día para las mujeres y 36 gramos para los hombres, menos de lo que contiene una lata de refresco. En cuanto a la cafeína, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU aconseja mantenerla por debajo de 400 miligramos al día.
¿Cómo tolera el cuerpo tanta dulzura sin causar vómitos? El ácido fosfórico presente en la bebida neutraliza el sabor dulce, que permite que el cuerpo lo tolere.
A los 20 minutos, los niveles de glucosa en sangre aumentan rápidamente. El páncreas responde liberando insulina, lo que provoca que el hígado convierta el exceso de azúcar en grasa. Este proceso afecta principalmente a personas con un estilo de vida sedentario, ya que el cuerpo no requiere la energía que este pico de glucosa genera, lo que lleva al almacenamiento de grasa. “Cuando una persona bebe un refresco, está ingiriendo el equivalente a una comida entera en hidratos de carbono a través del líquido”, explicó a The Healthy Meltem Zeytinoglu, endocrinólogo y profesor de medicina en la Universidad de Medicina de Chicago.
“En la mayoría de los casos, este refresco se consume además de una comida, por lo que los hidratos de carbono adicionales tendrán que ser procesados. Este azúcar extra, en lugar de almacenarse en el tejido muscular, se convierte en grasa en el hígado”, detalla el experto.
Alrededor de los 40 minutos, la cafeína ha sido completamente absorbida. El hígado libera más azúcar en el torrente sanguíneo, y la cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, impidiendo la somnolencia. Esto explica por qué un refresco puede hacer que una persona se sienta más despierta, aunque solo sea de manera temporal.
Minutos después, el cuerpo aumenta la producción de dopamina, un neurotransmisor que activa los centros de placer en el cerebro. Este mecanismo es similar al de ciertas drogas, aunque en menor escala. Este impulso de placer puede llevar a un ciclo de adicción, ya que el cuerpo busca repetir esa sensación, incentivando el consumo repetido del refresco, explica MAC Clinical Research, la principal organización de ensayos clínicos del Reino Unido.
Una hora después de beber el refresco, el cuerpo comienza a experimentar una caída brusca de energía. Según explica en un informe Sanford Health, el sistema sanitario rural de Estados Unidos, este “crash de azúcar” puede provocar irritabilidad o cansancio: “Los bajones de azúcar suelen provocar que estemos increíblemente distraídos a lo largo del día, lo que lleva a una falta de productividad y concentración. La confusión, el comportamiento anormal, la incapacidad para completar tareas rutinarias, son síntomas comunes”.
Además, detallan los expertos, el ácido fosfórico presente en la bebida se une a minerales esenciales como el calcio, el magnesio y el zinc en el intestino, lo que provoca que sean excretados en lugar de absorbidos. Las propiedades diuréticas de la cafeína también incrementan la producción de orina, expulsando agua, minerales y electrolitos.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el consumo frecuente de bebidas azucaradas está relacionado con obesidad, diabetes tipo 2, cardiopatías, enfermedades renales, enfermedad hepática no alcohólica, caries dental, y gota (un tipo de artritis). Sin embargo, los riesgos están en el consumo habitual o elevado de estas bebidas.
“Un refresco ocasional no va a tener un impacto significativo en tu salud. Es cuando se convierte en un hábito habitual cuando es un problema”, aseguró a Fox 5 Cordialis Msora-Kasago, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de los EEUU.

Fuente: Infobae
Salud
Aumentaron un 38% los casos de tuberculosis en Argentina
Así, se registraron 3488 nuevos casos de tuberculosis en Argentina, una cifra que excede la mediana de los cinco años previos, que era de 2530 casos.

Los casos de tuberculosis en Argentina aumentaron un 38% ya que las tasas de inmunización siguen siendo bajas a pesar de los beneficios ampliamente demostrados, resulta fundamental volver a poner el foco en la importancia de las vacunas.
Hoy, en particular, hablamos de la vacuna BCG desarrollada para prevenir las formas graves de tuberculosis (TB), una enfermedad infecciosa que, aunque es prevenible y curable, sigue siendo un problema vigente en nuestro país.
De acuerdo al Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) de la semana del 14 de abril de 2025, los datos revelan que la tuberculosis cobra más relevancia que nunca. En este informe, se destacó que la cantidad de casos notificados experimentó un alarmante aumento del 38% en comparación con los últimos cinco años.
Así, se registraron 3488 nuevos casos de tuberculosis en Argentina, una cifra que excede considerablemente la mediana de los cinco años previos, que era de 2530 casos. Este incremento subraya una tendencia creciente en la prevalencia de la enfermedad, que persiste a pesar de los esfuerzos de control y vigilancia por parte de las autoridades.
“Las vacunas salvan entre 2 y 3 millones de vidas al año en todo el mundo. Representan uno de los mayores avances en materia de salud y desarrollo global. Sin embargo, la desinformación o el acceso desigual hacen que aún muchas personas no estén correctamente inmunizadas”, explicó la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
La tuberculosis es causada por el bacilo de Koch y se transmite de persona a persona a través del aire, al toser, estornudar o incluso hablar. El contagio es más frecuente en contextos de convivencia prolongada como el hogar, la escuela, el trabajo o espacios institucionales.
En este escenario, la vacuna BCG cobra especial relevancia: su objetivo principal es proteger a niñas y niños de las formas más graves de la enfermedad como la meningitis tuberculosa o osteomielitis.
Cabe señalar que no es necesaria una revacunación si se cuenta con el registro correspondiente en el carnet de vacunación, incluso en los casos en que no quede cicatriz visible. En niños menores de seis años sin documentación ni cicatriz, se recomienda su aplicación.
La vacunación, junto con el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado, constituye la tríada fundamental para el control de la tuberculosis. Según datos del Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud, en el AMBA se registraron 19.915 casos de TB entre 2023 y 2024, con un incremento sostenido en el segundo período. Estas cifras refuerzan la necesidad de sostener y fortalecer las estrategias de prevención.
Fuente: NA
Salud
“Es como una cuchilla”: el doloroso síntoma que causa la nueva cepa Nimbus del covid
Los contagiados por la nueva variante de covid coincidieron en un mismo síntoma agudo.

En las últimas semanas se confirmó la existencia de una nueva variante de covid que ya empezó a replicarse en diversos sectores alrededor del mundo. Esta enfermedad causada por el coronavirus se identifica como NB 1.8.1 o Nimbus y, según se pudo saber, posee algunas características que la hacen inconfundible.
De acuerdo a una nota periodística publicada el viernes pasado en el sitio web del diario británico Daily Mirror, esta nueva cepa de covid se diferencia por generar un intenso dolor de garganta. De igual manera, algunas personas que ya se contagiaron de esta enfermedad refirieron este mismo síntoma.
Cómo se siente el síntoma inconfundible de la variante Nimbus
De acuerdo a los testimonios que recolectó el medio de comunicación extranjero, el dolor en la garganta que provoca la variante Nimbus es extremadamente agudo. En este sentido, los mismos contagiados lo describieron como “una cuchilla” a la hora de tragar.

“Es común que las personas reporten dolor de garganta intenso, fatiga persistente, tos leve, fiebre, dolores musculares y congestión nasal”, detalló un médico al diario británico. Sin embargo, mencionó otros síntomas del Nimbus que no son comunes en otras variantes de covid: “Algunos también experimentan problemas digestivos como náuseas o diarrea”.
Características de la cepa Nimbus de covid
Actualmente, la variante Nimbus representa la mayoría de los casos de covid en China, mientras que en Estados Unidos se contabilizó que un tercio de los contagios corresponden a esta cepa. A su vez, en Australia se cree que es la causante del aumento de casos.
Según los expertos, la cepa Nimbus tiene mutaciones que la hacen capaz de propagarse más fácilmente. Asimismo, se trata de una variante de covid que es más infecciosa que las detectadas anteriormente.

En este contexto, un portavoz de la Organización Mundial de la Salud declaró: “Esperamos que las vacunas contra el covid actualmente aprobadas sigan siendo efectivas contra esta variante sintomática y grave”. De todas formas, aclaró que los informes no demuestran que esta variante pueda propagar una enfermedad más grave que otras cepas en circulación.
Fuente: La 100
Salud
La gripe A avanza en las escuelas y crecen las inasistencias por cuadros virales
Fiebre alta, tos, cansancio y congestión afectan a numerosos alumnos en Rosario. La gripe A es el virus dominante, aunque también circulan rinovirus, enterovirus y casos de síndrome boca mano pie.

El invierno aún no comenzó, pero el frío ya se hace sentir y con él llegó un fuerte incremento de enfermedades respiratorias en las escuelas rosarinas. Las inasistencias crecieron de manera notable en las últimas semanas, especialmente en la primaria y el nivel inicial, donde algunos cursos presentan hasta la mitad de los chicos ausentes. La gripe A (cepa H1N1) es actualmente el virus más prevalente, aunque también se detectaron casos de rinovirus, enterovirus y del llamado síndrome boca mano pie.
Docentes de distintos establecimientos educativos señalaron que las ausencias se multiplicaron desde fines de mayo. “Los chicos faltan por enfermedades respiratorias, pero muchos asisten igual cuando los síntomas son leves”, indicaron. En salas de jardín maternal, los virus como el coxsackie (causante del síndrome boca mano pie) provocaron altos niveles de ausentismo incluso en docentes.
El pediatra rosarino Ciro Carné explicó que se registra “una importante circulación de influenza, en particular de la cepa H1N1”. Los síntomas más comunes son fiebre alta, dolor de cabeza, tos seca o catarral, congestión nasal, rinitis, dolor de garganta y dolores musculares. También pueden presentarse dolor abdominal, vómitos y diarrea. “El cansancio posterior es llamativo: en algunos chicos dura más de diez días”, agregó.
La gripe, aclaró, se transmite fácilmente de persona a persona o a través de objetos contaminados. Su período de incubación es breve: de uno a tres días. “No hay tratamiento específico, por eso recomendamos mucho reposo, buena hidratación y medicamentos como ibuprofeno o paracetamol para aliviar los síntomas”, dijo el médico.
Aunque las autoridades sanitarias insisten en que los niños con fiebre y síntomas gripales no deben asistir a clases, en la práctica muchos padres y madres los envían igual, ya sea porque minimizan el cuadro o porque no tienen con quién dejarlos en casa.
Los grupos de riesgo, entre ellos los niños de entre seis meses y dos años, así como los chicos con enfermedades preexistentes, deben recibir la vacuna contra la gripe, que está disponible en centros de salud públicos.
Mientras tanto, los chats escolares entre madres y padres siguen encendidos con mensajes de preocupación, dudas y relatos de síntomas persistentes. En plena ola de virus respiratorios, la consigna médica es clara: descanso, hidratación y, ante la duda, consulta al pediatra.
Fuente: Sin Mordaza
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