Economía
La inflación en mayo fue de 3,1% y alcanzó el 57,3% interanual
El índice de mayo marca el segundo mes seguido con inflación en baja, luego del pico de marzo, de 4,7 por ciento.
La inflación de mayo fue del 3,1 por ciento, por debajo del índice de abril, según oficializó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Así, el índice interanual llegó al 57,3 por ciento.
El mes pasado, el índice de precios al consumidor (IPC) había aumentado el 3,4 por ciento, bastante por debajo del 4,7 por ciento de marzo, que había sido la más alta del año.
{source} <blockquote class=»twitter-tweet» data-lang=»es»><p lang=»es» dir=»ltr»><a href=»https://twitter.com/hashtag/DatoINDEC?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw»>#DatoINDEC</a><br>Los precios al consumidor (<a href=»https://twitter.com/hashtag/IPC?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw»>#IPC</a>) subieron 3,1% en mayo de 2019 respecto de abril y 57,3% interanual <a href=»https://t.co/XDAeEG0ZIP»>https://t.co/XDAeEG0ZIP</a> <a href=»https://t.co/BOa0Hh3PjM»>pic.twitter.com/BOa0Hh3PjM</a></p>— INDEC Argentina (@INDECArgentina) <a href=»https://twitter.com/INDECArgentina/status/1139246108151037959?ref_src=twsrc%5Etfw»>13 de junio de 2019</a></blockquote>
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Desde marzo el Gobierno logró estabilizar el dólar, dosificó los aumentos de tarifas y lanzó una canasta de alimentos a precios congelados, medidas que quitaron presión sobre el índice de precios.
Según el reporte oficial, el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas subió 2,4 por ciento, indicador similar al de abril (2,5%). Entre las principales subas se encuentran varios componentes de la canasta básica. El pan subió 2,9 por cientomensual; el pan de mesa 6,1 por ciento; la harina 4,6 por ciento y el arroz, 4,9 por ciento. El agua sin gas en botella de 1,5 litros trepó 30 por ciento en un mes. El yogur 13,2 por ciento y la yerba, 7,8 por ciento.
Fuente: Uno de Santa Fe
Economía
Sube el impuesto a los combustibles y se espera un aumento en naftas y gas oil
Se aguarda la decisión de las petroleras luego del último aumento de 5%.

El Gobierno nacional informó un nuevo ajuste parcial del impuesto a los combustibles que impactará en los precios. El porcentaje de aumento se confirmará en las próximas horas.
Según el decreto 441/2025 publicado hoy en el Boletín Oficial en naftas se aplicará un incremento de $ 6,620 por litro en el impuesto sobre los combustibles líquidos y de $ 0,405 por litro en el impuesto al dióxido de carbono.
Para el gasoil, el aumento será de $ 5,346 por litro para el gravamen general, $2,895 para la alícuota diferencial que rige en regiones como la Patagonia y zonas específicas del interior del país, y $0,609 por litro por el gravamen al dióxido de carbono.
Asimismo, se decidió posponer incrementos atrasados para amortiguar el impacto sobre los precios de los combustibles que luego inciden en la inflación.
En virtud de este objetivo, las actualizaciones pendientes correspondientes a parte del primer trimestre de 2024 y la totalidad del segundo, tercer y cuarto trimestres de 2024, más el primer trimestre de 2025- se empezarán a aplicar desde el 1° de agosto.
Entre los considerandos se recuerda que existe la obligación de actualizar estos montos trimestralmente y que, en ese marco, las actualizaciones deben efectuarse cada enero, abril, julio y octubre, considerando la variación del IPC suministrada por el INDEC.
De esta forma habrá que ver qué actitud toman las petroleras luego de haber anunciado la semana pasada un alza de 5% en el precio de sus productos por el circunstancial alza del petróleo por la guerra entre Israel e Irán.
Salvo YPF, Puma, Axion y Shell tomaron esta decisión, pero que luego no retrotrajeron cuando bajó el petróleo Brent.
Fuente: NA
Economía
Empleados de Comercio: acuerdan un aumento salarial del 6% más sumas fijas hasta diciembre
El gremio de Comercio acordó un aumento salarial del 6% a pagar en seis cuotas hasta diciembre, además de sumas fijas no remunerativas que alcanzan los $355.000 en total. En noviembre se revisarán las escalas. El acuerdo busca sostener el poder adquisitivo.

La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) alcanzó un nuevo acuerdo salarial con las cámaras empresarias CAC, CAME y UDECA. El mismo establece un incremento del 6% no acumulativo, distribuido en seis tramos de 1% mensual desde julio hasta diciembre de 2025, y sumas fijas no remunerativas mensuales que se suman al ingreso de los trabajadores del sector.
Además, se acordó el pago de sumas fijas de $40.000 mensuales desde mayo hasta diciembre, más una adicional de $35.000 correspondiente a abril. Estas cifras serán proporcionales para jornadas parciales y se integrarán para el cálculo del aguinaldo, horas extra, licencias e indemnizaciones.
También se resolvió que en enero de 2026, la suma fija de diciembre se incorpore al salario básico, impactando directamente en la base de cálculo para los futuros aumentos. Según las partes, la intención es preservar el poder adquisitivo en un contexto inflacionario.
Finalmente, se prevé una nueva revisión en noviembre, con el objetivo de analizar la evolución económica y ajustar las escalas salariales si fuera necesario.
Fuente: La Gaceta
Economía
Qué es el estrés económico que afecta a casi la mitad de los hogares argentinos
La estabilidad económica es percibida como estancamiento en cada vez más hogares en los que los aumentos de gastos fijos superan a la mejora de los ingresos.

Pese a una leve baja en los niveles oficiales de pobreza e indigencia, el malestar económico en la Argentina sigue siendo generalizado: el 47% de los hogares del país percibe que sus ingresos no alcanzan para cubrir necesidades básicas, incluso entre quienes tienen empleo formal. Así lo reveló un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), que puso el foco en un fenómeno creciente: el estrés económico auto percibido.
El documento, titulado “Estrés económico y movilidad social en la Argentina urbana (2010-2024)”, subraya que la presión sobre los ingresos familiares persiste más allá de los indicadores tradicionales de pobreza por ingresos. El informe destaca que incluso en contextos de desaceleración inflacionaria, la combinación de aumentos en tarifas, servicios y el estancamiento del salario real genera un clima de angustia económica transversal a casi toda la pirámide social.
La investigación del ODSA confirma que el estrés económico se agudizó desde 2015 y que, a partir de 2022, afectó con más fuerza a los sectores medios bajos, tradicionalmente más estables. “La frontera de la angustia por llegar a fin de mes se ha corrido. Ya no es un problema exclusivo de los sectores históricamente vulnerables”, sostiene el informe dirigido por el sociólogo Agustín Salvia.
Entre 2022 y 2024, el deterioro en el estrato medio bajo fue particularmente pronunciado. Allí, la proporción de hogares con insuficiencia de ingresos autopercibida se disparó, marcando un quiebre en la movilidad social ascendente. Incluso los estratos medios altos registraron un leve pero constante crecimiento del indicador, lo que revela la expansión del fenómeno más allá de la pobreza estructural.
El análisis también advierte que los hogares con niños y niñas presentan niveles más altos de estrés económico. “La presencia de menores en el hogar implica mayores necesidades y expone con más crudeza los efectos de cualquier shock económico”, indica el documento. Y si bien la brecha entre hogares con y sin niños se mantuvo relativamente constante, los primeros mostraron una reacción más sensible ante crisis recientes.
Otro hallazgo clave del estudio es la fuerte correlación entre el estrés económico y las carencias no monetarias: alimentación, salud, vivienda, educación. La percepción de insuficiencia de ingresos se vuelve mucho más aguda en aquellos hogares que ya enfrentan alguna de estas privaciones. Según la UCA, la brecha entre quienes tienen y no tienen carencias se amplió notablemente en los últimos años.
El estudio del ODSA plantea que el estrés económico no reemplaza a la medición de la pobreza, pero que sí la complementa de manera imprescindible. A diferencia de los indicadores tradicionales, que se basan en canastas definidas, el estrés económico toma en cuenta la percepción subjetiva de los hogares, sus expectativas, trayectorias y referencias culturales.
Así, la UCA propone un enfoque integral para analizar el deterioro del bienestar. “La autopercepción permite visibilizar situaciones de malestar económico que los criterios normativos no captan del todo”, concluye el documento.
Un país en tensión. Datos clave del informe:
El 47% de los hogares urbanos argentinos atraviesa estrés económico.
En los sectores bajos y medio bajos, el indicador alcanza hasta el 80% en los peores momentos.
Entre 2022 y 2024, los sectores medios bajos experimentaron un deterioro marcado.
La presencia de niños/as en el hogar incrementa significativamente el riesgo de estrés económico.
El nexo con carencias no monetarias se fortalece año tras año, reflejando un impacto estructural más profundo.
Incluso hogares con empleo registrado deben sumar ingresos adicionales para cubrir gastos básicos.
La conclusión es clara: aunque las estadísticas oficiales muestren señales de alivio, la economía del día a día sigue golpeando con fuerza a una sociedad que se siente cada vez más al borde del colapso. Y esa percepción, medida desde la experiencia cotidiana, hoy constituye un indicador tan potente como los números duros.
Fuente: Contexto Tucumán
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